Recuerdo que cuando estaba en preparatoria nos llevaron a ver un documental de Michael Moore, cuando acabó, mi forma de ver la vida fue diferente. No, no sufrí una iluminación espiritual, simplemente dejé de entender cosas, el mundo me pareció más irracional, tan lleno de absurdos que hasta ahora sigo sin saber ¿cómo llegamos aquí? El filme del que habló es tan vigente como lo fue en el 2002. Se llama Masacre en Columbine (Bowling for Columbine), y nos expone lo fácil que es conseguir armas en Estados Unidos, tan fácil como abrir una cuenta de banco, y si quieres, en lugar de un seguro contra gastos médicos mejor te dan un rifle. Porque comparar armas en Estados Unidos, es más sencillo que salirse de un grupo de WhatsApp. Y si no fuera tan simple, ¿habría ocurrido el tiroteo en Orlando recientemente?
Posteriormente vi otros documentales de Michael Moore, pero cada día me fui dando cuenta de su visión parcial de las cosas, ultra-liberales, tanto que a veces defiende prácticas populistas. A pesar de esto, sus documentales son buenos para obtener una perspectiva diferente de lo que sucede con nuestro vecino del norte. Después de su último filme sobre el capitalismo, Moore no había sacado nada en 6 años; fue entonces que la curiosidad me gano y decidí ver que es lo que se traía ahora entre manos este director. ¡Oh sorpresa! ¿Qué invadimos ahora? (Where to Invade Next) cambio nuevamente mi panorama del mundo. 
El documental comienza con una verdad que todos sabemos pero pocos decimos, Estados Unidos no ha ganado realmente una sola guerra desde la Segunda Guerra Mundial. Corea, Vietnam, Líbano, Iraq, Afganistán, Siria, etc, han costado trillones de dólares y sólo ayudaron a crear más guerras y ahora a ISIS. Y mezclando un poco de ficción, Michael Moore, apoyado por un pentágono derrotado, va a los países de mayoría caucásica a invadir; a robarles lo mejor que tienen. Pero quisiera centrarme en algo más, ¿Qué invadir ahora? no es un filme que únicamente aplique para los estadounidenses, ya que podemos comparar todos los casos que nos expone con la situación de nuestro país. Esto fue lo deprimente, constatar lo poco que hemos hecho por México y por nuestros paisanos. Cuando Moore llega a “invadir” estos países, se centra en algo muy importante: en lo bueno y no en lo malo. Nos va a mostrar lo que han hecho bien y no sus demás problemas sociales, que como toda nación tienen inevitablemente. 
Los casos o situaciones que en lo personal más me sorprendieron fueron la forma en como Italia y Alemania ven a sus trabajadores. En Italia cuentan con 8 semanas de vacaciones pagadas al año, además de 15 días si te vas de luna de miel; y en Alemania, los trabajos son de 36 horas, todos, sin excepción. Está prohibido que las empresas contacten a sus empleados cuando están de vacaciones, de hecho los empleados no tienen la obligación de contestar mails o atender llamadas después de sus horas laborales. ¿Por qué? Porque un empleado sano y sin estrés produce más y trabaja mejor. Ya quisiéramos en México si quiera tener verdaderas vacaciones. ¡Ni cerca estamos!  
Moore va a otros países exponiendo temas de educación, crimen, drogas, derechos civiles y cómo ellos han lidiado con cada situación de forma positiva. Hasta que finalmente llegamos al momento de reflexión: ¿qué nos ha pasado?, ¿por qué nos hemos rezagado? Entonces el director nos lleva al momento en que cayó el Muro de Berlín. ¿Cómo cayó un muro que parecía irrompible, impenetrable? Todo comenzó con gente que decidió tomar un martillo y una picota para romperlo, para derribarlo; el cambio empieza con decidirse, levantarse y simplemente hacerlo. 

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