Moneda en el aire
El jefe nacional del PAN, Ricardo Anaya estuvo en León supuestamente para entusiasmar más a los azules que ya ven cerca el 2018. De por sí los panistas parecen alcachofas con las siete gubernaturas que ganaron el pasado 7 de junio. Lo que no aclaró es cómo serán los procesos en Guanajuato para elegir al candidato a la gubernatura, y también a las alcaldías y diputaciones locales y federales.
A Anaya lo acompañaron a su encuentro con los blanquiazules, los personajes que pudieran estar en la baraja de opciones a la gubernatura. Ahí estaba en el presidium como coordinador de los diputados locales, Éctor Jaime Ramírez. En primeras filas los senadores Fernando Torres y Pilar Ortega; el secretario de Desarrollo Social y Humano, Diego Sinhué Rodríguez, el exgobernador y síndico Carlos Medina. No estuvo el sanmiguelense que también ya alzó la mano, el exlegislador federal Luis Alberto Villarreal García.
Anaya arrancó aquí la actualización del padrón y aseguró que eso evitará transas a la hora de elegir candidatos, palabras más, palabras menos.
Eso supondría que el nuevo padrón es entonces un paso para que los militantes elijan a sus candidatos, pero Anaya no se atrevió a asegurar eso, dejó la moneda en el aire, y la respuesta al tiempo.
Recordó lo que los panistas ya saben, que para elegir a sus dirigentes de partido los estatutos dicen que tiene que ser por elección interna, pero para elegir a sus candidatos a cargos de elección popular hay de dos sopas: la elección directa (votar) y la indirecta, que es un sofisticado proceso que lleva al dedazo.
Para designar candidatos el Consejo Estatal del PAN, las dos terceras partes, debe de proponerlo a la Comisión Permanente del Comité Estatal y esta a su vez a la Comisión Permanente Nacional.
Nos van a decir que no es un dedazo puro pues ningún grupo político tiene el control de las dos terceras partes del Consejo Estatal (que integran unos 100 militantes y por cierto está pendiente de renovarse) y, si así lo deciden, será porque se llegaron a acuerdos entre las fuerzas internas. En la realidad sabemos que, para decidir designar candidatos, tendrá un gran peso lo que diga el Jefe nacional y el Gobernador.
El más inquieto es el senador Fernando Torres quien públicamente exige certeza en reglas y tiempos. Y es que al exdirigente estatal del PAN y exdiputado local sin duda le conviene un proceso interno pues tiene un amplio conocimiento de la base de militantes en todo el estado, y los panistas lo reconocen.
El mejor argumento es que no hay en el escenario alguna razón concreta para no sea así. De hecho en el PAN siempre los militantes han elegido a su candidato a la gubernatura, aunque no en todos los casos han salido fortalecidos, como en el 2000 cuando el apretado triunfo de Juan Carlos Romero Hicks cimbró al panismo con la posterior expulsión de Eliseo Martínez Pérez, o en el 2012 con el contundente triunfo de Miguel Márquez que hizo abandonar el partido a José Ángel Córdova.
Aún con esos conflictos internos el PAN nunca ha puesto en riego su victoria en 25 años.
Por eso militantes de trayectoria, como la diputada federal del PAN, Mayra Enríquez Vanderkam, señalan tajantemente que no hay razones para que los militantes no elijan a sus candidatos en 2018. La leonesa fue una de las que estuvo en la reunión de reaparición-destape de Luis Alberto Villarreal.
Márquez deja jugar
Miguel Márquez tampoco fija una postura sobre el método de elección del candidato a sucederlo.
Lo que hay es una gran sintonía entre el Gobernador y su Presidente Nacional, quien quedó fascinado con el resultado que dieron las designaciones de candidatos en todas las contiendas del junio pasado.
“Me quito el sombrero, nadie esperaba esos resultados”, expresó Márquez ante Anaya y cientos de militantes en el mensaje que dio el jueves por la noche en León, y el dirigente nacional aprovechó la parte final de su discurso para sumarse a la exigencia del Gobernador para que la Federación mande más fuerzas federales: “Que no dejen solo a Guanajuato y vengan a cumplir su responsabilidad”.
Antes platicaron en privado y para nadie es secreto que irán juntos en lo que venga para 2018.
Anaya Cortés le abona más a la confusión cuando no se descarta como presidenciable. Cuando se le pregunta es políticamente correcto en responder que no es el momento de hablar del 2018, lo que lo hace seguir en la carrera y creciendo en su posicionamiento con una amplia exposición mediática.
A Márquez ya no le creen sus paisanos que a estas alturas de verdad piense “en la grande”.
El aspirante a la candidatura, Fernando Torres, ya de plano le urgió que se defina y, si no va, el Senador está listo para sumarse al trabajo político que ya tiene en marcha Margarita Zavala de Calderón.
En lo local el Gobernador también deja que caminen Éctor Jaime y Diego Sinhué, no da señales a sus colaboradores de hacia dónde hay que ‘cargar los dados’, como el exgobernador Juan Manuel Oliva Ramírez sí lo dejó claro con mucha anticipación de que el bueno sería el de Purísima del Rincón.
Y en ese escenario de todo puede pasar, como ya pasó cuando se eligió a Héctor López para León, es que se ponen nombres como el del exgobernador Carlos Medina o el presidente del Iplaneg, Eduardo Sojo, quienes, aunque no estén pensando en ese destino, a río revuelto pueden ser “ases bajo la manga”.
Oficinas bajo la lupa
Se dice en la Presidencia Municipal que los organismos descentralizados tienen una cosa en común, sirven para despilfarrar recursos, engordar los bolsillos de sus presidentes, ser bolsa de empleos para los cuates, etcétera. Al fin y al cabo, pocas ocasiones son auditados.
Esto refleja, dicen, la última auditoría realizada por la Contraloría Municipal, coordinada por Juan Manuel Valdés Fonseca, quien al parecer cansado de que se le tache de flojonazo por funcionarios como el síndico del PRI Ramón Izaguirre Ojeda, por fin entregó los resultados no una, sino varias investigaciones donde las cosas están que arden.
Se comenta que las auditoría realmente estaban terminadas, sólo que había una mano negra tapando dichos expedientes.
Quienes salen raspados, pero muy raspados, son el ex titular del Imuvig (Instituto Municipal de Vivienda de Guanajuato), Juan José Hernández Méndez, antecesor de Juan Andrés Bello Izquierdo.
También sale muy raspado el ex titular de la Comudaj, Luis Adolfo Herrera Ramos, quien desde que renunció a su cargo en 2013 llevó sobre sus espaldas señalamientos de irregularidades financieras, las cuales apenas comienzan a salir.
Pero donde la situación está peor es en el extinto Instituto de las Mujeres, el cual fue coordinado en su momento por la actual regidora del PRI, Iovana Rocha Cano.
Esta última investigación la realizó la anterior contralora municipal Joanna Camacho López, este despilfarro se detectó desde 2014, desde entonces todo se ha querido ocultar, y no ha pasado nada, pese a que en ese momento el daño al erario se estimó en cerca de 500 mil pesos, más o menos.
En fin que desafortunadamente las auditorías como en el caso de la Comudaj y el Imuvig, se dice que todas prescribieron, por consiguiente no habrá quien pague por esas irregularidades en el mal manejo de los recursos de los capitalinos.
Así que la única auditoría donde se puede hacer algo, es en el extinto Instituto Municipal de las Mujeres, quien fue coordinado por la actual regidora del PRI, Iovana Rocha Cano, quien dicen anda exigiendo que en el caso de Santa Rosa de Lima el anterior delegado, Martín Ulloa, haga un acto protocolario de entrega-recepción, para detectar malos manejos administrativos.
En consecuencia, ya hay quienes la andan buscando para informarle que los delegados únicamente reciben un sello para certificar ciertos documentos, después, cuando son relevados, se van como llegaron con una mano por delante y la otra por detrás. Órales.