Los esposos, María Esther Rosas y Juan Felipe Rodríguez, tienen su puesto de frituras y papas desde 1988, por lo que se posicionan como los primeros en ofrecer papas fritas y los famosos ‘dorilocos’, en la vía pública de la capital.
A decir de María Esther, fueron ellos los primeros en vender frituras en la vía pública en el Centro de la capital, el permiso que recibieron los ubicaba a las inmediaciones de la Plaza de la Paz, y desde hace seis años hasta el día de hoy, se localizan justo afuera del Congreso del Estado.
El permiso para el conveniente lugar que ocupan, les tomó dos años de perseverancia, que inició por la necesidad de empleo que tenía la familia Rodríguez Rosas, ya que el puesto es el sustento de la familia completa que conjunta cuatro personas.
La idea inició después de que la familia hiciera sus propias combinaciones con frituras, salsas y verduras, fue que María y Juan empezaron a ofrecer a los capitalinos el ahora tradicional antojito callejero.
Según contó María Esther, lo que más se vende son las papas, pues tienen un sabor muy casero; Juan Felipe, su esposo, hace artesanalmente las papas en casa, y la famosa salsa también es una receta familiar.
Entre el repertorio que ofrece el reconocido puesto, al que llamaron ‘Espiropapas’, están las papas, normales y adobadas, dorilocos, churros de maíz con ajonjolí, y palomitas, todas preparadas con la salsa especial de jitomate de María Esther, además de verduras y cacahuates, como complementos.
Lo que hace especial a este puesto, demás de la antigüedad, es la calidad de sus productos, las papas y la salsa son lo que más reconocen sus clientes, quienes aseguran que cuando se trata de ‘pecar’ con unas frituras, las de María Esther y Felipe son las mejores.
La pareja asegura que, en sus buenos tiempos vendían hasta 100 bolsas, entre dorilocos y papas preparadas, aunque admite que últimamente han bajado las ventas, las ‘Espiropapas’ son las favoritas de los cuevanenses por tradición.