Parte del ciclo sexual femenino incluye las etapas de embarazo, parto, puerperio y lactancia, las cuales son importantes para muchas personas, para otras desagradables, compromisos u obligaciones, pero para el ser humano y su desarrollo son necesarias e importantes por obvias razones.

Ahora bien ¿cuál es el papel de la sexualidad en esas etapas? Se sigue relacionando a la sexualidad con relaciones sexuales coitales, es decir, tener sexo con penetración; si pensamos en una mujer embarazada, dicha actividad puede ser limitada por el volumen de su vientre en cierta etapa del embarazo y durante el puerperio, con mayor razón si consideramos el parto vía vaginal para expulsión del producto, si fue una cesárea, lo que nos obliga a reflexionar es la herida; y la recuperación de ambas situaciones.

Desde ese punto de vista, serían las principales consideraciones pero la sexualidad va más allá del simple coito y los procesos corporales. Como mencioné, éstos forman parte de su ciclo sexual y de ahí su relevancia.

La semana pasada fue la semana internacional de la lactancia, por ello me dediqué a buscar sobre el tema que me compete y lo que encuentro en general hace referencia a la sexualidad manifestada en relaciones sexuales coitales, la cual requiere existir en el embarazo pero al pasar a la lactancia, pareciera que algo sucede y dicha actividad, desaparece.

¿Cuál puede ser la razón? Que en nuestra sociedad se sigue considerando a la mujer que se convierte en madre como un “templo de la maternidad” y muchas de las funciones, papeles, vivencias y áreas de su ser humano se anulan ante la etiqueta de “madre”, en otras palabras, desaparece la mujer y renace ahora como mamá.

Éste parece y es vendido como un estado ideal donde todo es bello y matizado por el amor ciego que se profesa a la criatura que se lleva en el vientre o que se tiene en brazos o a un lado, así como es una situación “sagrada, pura y de devoción” donde y con quien ya no se puede o debe jugar, cachondear y conquistar.

Hay muchas razones por las que las relaciones sexuales convencionales ya no son ni serán lo que fueron puesto que a la mujer le cambia el cuerpo, está cansada (atender y educar un bebé, infante, adolescente no es sencillo), está desconcertada, con miedo y angustia al futuro, a su desempeño, ante tantas cosas y situaciones nuevas e imprevistas, le falta dormir, aparte de todo esto, le hace falta atención para ella como mujer.

Ésta última razón es el principal motivo por lo que las relaciones de pareja (independientemente de estar casadas o solteras), familia, amistad y hasta con otros hijos cambian.

La maternidad es un estado permanente, aún cuando su hijo viva o no, por ello la decisión debe ser pensada y reflexionada antes de ser realizada y cuando se lleve a cabo o suceda, considerar que aún con el hijo presente, se sigue siendo mujer, pareja, ser sexuado y como tal, hay que aprender a combinar los diferentes roles, lo cual no es sencillo más tampoco imposible, puesto que aparte de ser madre, se sigue siendo mujer y viceversa.

Se puede, se debe y se requiere continuar con tu vida sexual erótica individual y en pareja si así lo quieres y deseas, el ser madre no te quita ni te agrega nada que suspenda dicha parte, al contrario, si tu maternidad es para ti un motivo de autorrealización, con mayor razón hay que continuar con tu vida y los deseos, anhelos, planes, fantasías que tienes como persona, como ser humano y eliminar las barreras que social y emocionalmente se ponen a las que se convierten en madres; por ello es importante reconocer tus necesidades y expresarlas, buscando sean satisfechas por ti, tu pareja, familia, seres queridos, nada pierdes, al contrario, puedes encontrar la liberación de los límites que te has o han puesto y dejarte ser en más plenitud y en caso contrario, reconocer los motivos por los que no es posible la resolución y buscar alternativas que te hagan ser más feliz con lo que tienes.

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