Del aburrimiento a la diversión sexual

En algunas ocasiones he mencionado que las relaciones sexuales pueden incluir o no el coito pero es posible que aún, muchas personas no sepan, entiendan o quieran reconocer que el coito, es lo menos importante de una relación sexual.
Para comenzar, hay que mencionar que el coito es aquella actividad sexual donde existe penetración vía vaginal o anal; ¿sorprendida/os? Esa es la realidad, cuando un par de personas, o más, se abrazan, besan acarician, etc., están teniendo una relación sexual la cual, puede estar o no acompañada de uno o varios coitos.
Por desgracia, nuestra educación sobre sexualidad nos ha hecho saber, pensar y creer que sólo cuando se introduce el pene o se te introduce “algo” es cuando se está teniendo una relación sexual, esto llega al grado de que actualmente hasta se atreven a decir que cuando hay penetración es una “relación sexual completa”, situación que es una aberración ya que si lo vemos desde el punto de vista muy estricto, una relación sexual se tiene cuando hay contacto con cualquier persona ya que todas las personas somos seres sexuados y el que nos saludemos, sonriamos, peleemos o tengamos cualquier tipo de contacto hace que vivamos una relación sexual.
Claro que en la ciencia y en la vida, la situación no es tan estricta, en la realidad, a lo que nos referimos al hablar de una relación sexual es aquel acercamiento entre personas donde se desencadena la Respuesta Sexual Humana; comenzando con un Estímulo Sexual Efectivo y desatando la Excitación (caracterizada por lubricación vaginal y erección, aunque sea ligera), las que llevarán a continuar con la llamada Meseta, Orgasmo, Resolución y Periodo Refractario, proceso donde pareciera que lo único que importa es el orgasmo, convirtiéndose en la única finalidad y haciendo que se pierda la riqueza, satisfacción, relajación, poder y beneficios que una relación sexual basada en la respuesta sexual “completa” (aquí si aplica el término) puede proporcionar.
Por ello es necesario centrarnos en comenzar adecuadamente y con cadencia dicho proceso, respetando las fases y disfrutando el paso a paso, cada acontecimiento, situación, contacto, palabra, sensación, olor, pensamiento (positivo y que corresponda a lo que se vive) que se desate o descubra durante el transcurso del evento presente y existente.