Mis minificcionales lectores, el día de hoy les traigo una brevísima columna dedicada a una argentina excelente. Esto surge porque en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, en su edición 2016, el stand de Ciudad de México nos regaló un par de ejemplares de Minificciones. Antología personal, de Ana María Shua. Este libro es un ganador del Premio Iberoamericano de Minificción “Juan José Arreola” en 2016, y publicado por la Ciudad de México, aunque realmente es de ediciones Ficticia.
Su trayectoria narrativa no es breve a pesar de su preferencia por la minificción, pues tiene seis libros de microrrelatos, cuatro de cuentos y seis novelas, e increíblemente, sólo un libro de poesía. En general se dedica a la creación narrativa, pues ganó el premio Konex en 2004, uno de los grandes méritos a la creación artística que ha tenido en sus manos Borges, Bioy Cásares, Enrique Anderson Imbert y otros. Además de esto, comenzó a entrar en el universo cinematográfico en un par de ocasiones, por lo que se les invita a conocer ‘Los amores de Laurita’, película argentina de 1986.
Entrando de lleno al libro, pertenece a cinco diferentes textos: La sueñera, Casa de geishas, Botánica del caos, Temporada de fantasmas y Fenómenos de circo. Cada uno de ellos tiene su enfoque muy particular, como lo hace tablada en La Feria, en este ejemplar vemos como si fueran en peregrinación cada una de las características de cada uno. 
Espectros
Si los fantasmas se esconden a tu paso con temblores de sábana, si los esqueletos vuelven a zambullirse de un salto en sus propias tumbas, no te jactes, amigo. Nunca te jactes de asustar a los espectros. Las muecas de terror con que se apartan de tu camino no son más que simulacros con los que pretenden hacerte creer que todavía estás vivo.
Algo más que puedo decir a propósito de esta autora es que le encanta mezclar las dos partes del escritor, la del lector, como la del creador, donde se muestran muchos elementos de la misma literatura. En cuentos chinos los personajes se convierten en cuentos que está leyendo uno mismo, hay algunos escritos donde se rompen las leyes del escritor y otras características ridículas que tachan en el milagro literario.
Cenicienta II
Desde la buena fortuna de aquella Cenicienta, después de cada fiesta la servidumbre se agota en las escalinatas barriendo una atroz cantidad de calzado femenino, y ni siquiera dos del mismo par para poder aprovecharlos.
Como últimas palabras, podríamos analizar cada uno de los personajes como un universo. Les invito a buscar cosas de Shua en internet, en sus librerías y bibliotecas. Todos podemos conocer un poco más del mundo literario, por lo que están completamente exhortados, mis minificcionales lectores, a buscar a una argentina más en los acervos bibliográficos.
[email protected]

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *