Brigitte Broch, diseñadora  de producción y directora de arte de origen alemán pero que radica en México desde hace casi 50 años, ofreció una conferencia magistral en el Mesón de San Antonio, un día después de su homenaje que se llevó a cabo en el Teatro Juárez, donde recibió la Cruz de Plata por el Festival Internacional de Cine Guanajuato GIFF.

La mujer que de joven quiso ser bailarina y actriz, compartió sus experiencias en el mundo del séptimo arte, en el que ha dejado una huella tanto en producciones nacionales como extranjeras. “Creo que contribuí en cuerpo y alma al cine, especialmente al cine mexicano”, dice en un video que se proyectó antes de su presentación.

Frente a todo

Después habló de lo que ha hecho gran parte de su vida, de cómo ha sido su experiencia con directores, productores, diseñadores, incluso con actores. En este mundo ha tenido que lidiar con todo, con el presupuesto, con lo que el director quiere, por lo que en muchas de las veces tiene que ser muy directa.

Detalló que en ocasiones los productores no están de acuerdo con lo que se va hacer y para ella resulta frustrante, aunque esto ha sido para ella un reto mayor . 

Una persona del público le preguntó qué ha sido lo más satisfactorio, ella declaró que es tan apasionada que todo lo sufre y lo goza, pues considera que cada película en la que ha trabajado es única.

También le preguntaron sobre qué consejo le daría a los jóvenes que quieren dedicarse al diseño de arte, a lo que contestó que para ello hay que sumergirse en otros ámbitos como la pintura, el teatro, por supuesto el cine, adquirir cultura general, leer. Esto requiere de esfuerzo y perseverancia.

De las películas en las que ha trabajado ha sido “La hija del puma”, la que más la ha marcado en su vida. Otra de las cosas que detalló fue sobre el uso del color, pues algunos aseguran que en películas como “Moulin Rouge” o incluso “Amores Perros”, abunda el color rojo, que no es precisamente que sea su elección, sino que hay un trabajo atrás con el diseñador.

También compartió que hubo producciones en las que no había mucho presupuesto como en “The reader”, al ser películas que se basan en alguna época como esta que es de la posguerra, hay que buscar antigüedades o incluso construir muebles, el mismo caso fue para “Moulin Rouge”.

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