León.- En un año los negocios que cerraron en el estado de Guanajuato se duplicaron, según las estadísticas de pérdida de negocios elaboradas por el Inegi.
Al corte del primer trimestre de 2018, se registraron 5 mil 563 casos de abandono o pérdida de negocio, esto es 3 mil 306 cierres más en comparación con el mismo periodo del año 2017, cuando se registraron 2 mil 257 negocios cerrados.
Hasta dicha fecha, esta tendencia creció en la entidad 146%. De este modo, Guanajuato pasó del decimoséptimo al sexto lugar a nivel nacional, por debajo de Jalisco y Tamaulipas.
Motivos que conducen a desistir
El 71% de los negocios que cerró el año pasado lo hizo debido a que sus ventas bajaron, al menos 4 mil de estos así lo reportaron.
La inseguridad ocupa el segundo lugar en la toma de decisiones, pero su porcentaje es mucho menor, sólo 16%, esto es 901 comerciantes, señaló esta causa.
Las razones personales igualmente es otra de las causas, al menos el 8% desistió en 499 giros comerciales.
En esta última situación se encuentra el Corporativo Marfil, firma dedicada al diseño y publicidad, ubicada en León.
La propietaria está en búsqueda de traspasar el negocio, más allá de cerrar prefiere cederlo para que continúe este servicio, pero a cargo de alguien más.
Optan por declinar
El 78% de los comercios que cerraron sus puertas pertenecía a mujeres empresarias, esto equivale a 4 mil 383.
El mayor porcentaje de los negocios cerrados correspondía a personas cuyo rango de edad oscila entre los 20 a 29 años, con el 32%; seguido de adultos entre 40 a 49 años, con el 33%, en conjunto estos dos sectores sumaron 3 mil 725 unidades comerciales que fueron terminadas.
La preparación académica no es un elemento que determine el éxito para emprender un negocio, así lo refleja el 37% de los cierres que recae en aquellos que tienen preparación media y superior.
Frenan trámites proyectos
Los trámites, impuestos y el pago de servicios son los motivos que ahogan las iniciativas de los microempresarios, detalló Israel Salazar Soriano, chef de profesión.
Salazar abrió un restaurante de mariscos en San Juan de Dios. Hace 20 años que comenzó su carrera en Ixtapa Zihuatanejo, en Guerrero.
Está acostumbrado a trabajar con turistas extranjeros que son más exigentes. Sin embargo, al comenzar con los trámites para su negocio en León, inició su calvario. Por ejemplo, le llevó un año obtener la licencia de venta de cerveza: “En materia de alcoholes son caros los permisos”, precisó.
A esto se suman los altos costos en el consumo de electricidad, el pago de impuestos que considera excesivo para los pequeños negocios.
Las rentas son “irreales”, por un local en la calle Madero quieren 60 mil pesos, por este precio puedes alquilar un local en la playa; está inflado el mercado leonés, agregó.
A decir del chef, en la ciudad existe un monopolio de grupos restauranteros que no dejan competir por los bajos costos que ofrece.