León.- Miriam Arenas es madre de tres hijos, una adolescente de 14 años y dos pequeños gemelitos, hace ocho años fue sorprendida por partida doble.
No se esperaba que al encargar a su segundo hijo, llegarían por dos.
Su vida dio un giró de 180 grados, sin embargo esto no fue impedimento para dejar de trabajar.
Desde que era adolecsente, Miriam trabajó y estudió a la vez para mantener sus estudios como licenciada en Administración de Empresas en el Tecnólogico de León, trabajó durante 15 años en una empresa de comida, por la que pasó por diferentes puestos y con varios personales a su cargo, después de lograr sus objetivos, llegó la maternidad.
Su hija Jazmín Aidé fue hija única por ocho años, Miriam recuerda que durante esos años el trabajó se intensificó y los tiempos con su hija se acortaban cada vez más, pero ella tenía que sacar adelante a su pequeña hija.
Casi no veía a mi chamaquita por andar de allá para acá, trabajando para que tuviera una vida donde nada le faltara y sin querer le falté yo por muchos días, pero ahora ella lo entiende”, asegura.
Tuve a mis gemelitos y decidí dejar Argentilia para poder antender mejor a mis gemelitos, las necesidades en ese momento eran muchas, por lo que me metí a trabajar de Uber, vendía comida casera y carne”, platicó.
Llega tragedia
La falta de dinero y el ritmo de trabajo la llevó a buscar otros empleos, como gerente de operaciones de la Panoteca y Almuerzos del Moral, toda iba de nuevo sobre la marcha, hasta que un accidente en su vida llegó.
Su pareja y padre de sus hijos quedó inmovilzado de una parte y con dificultades motrices, por lo que quedó incapacitado para trabajar y Miriam absorbió todo los roles.
La paciencia y el apoyo de su marido desde casa cuidando a los niños ha logrado que Miriam pueda sentirse realizada todos los días.
A pesar de la adversidad disfruta mucho de su trabajo y se propone todos los días a salir con una sonrisa para atender a su gente y proveedores.
Este 10 de mayo lo pasará trabajando como en los años anteriores, su más grande regalo es que sus hijos no la dejen de amar, de besar, de chiquearla y de ser siempre su ejemplo y orgullo.