En el mensaje del acto público, denominado “Tercer Informe” encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador desde Palacio Nacional el pasado primero de septiembre, al referirse a la materia de salud, afirmó que: “Se creó el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabin), a fin de reemplazar al llamado Seguro Popular.
Se garantizará lo más pronto posible el derecho a la salud a toda la población con prioridad para quienes no tienen seguridad social”.
Afirmar que se creó el Insabin es una mentira absoluta estimados lectores, como es fácil de demostrar, pues dicho instituto, pensado como organismo descentralizado y conforme al artículo 15 de la Ley Federal de Entidades Paraestatales, estos organismos podrán ser creados por decreto del Ejecutivo Federal o del Congreso de la Unión.
Por decreto, el 13 de mayo de este año, la Secretaría de Salud presentó ante la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (expediente 02/0014/130519) el “anteproyecto de decreto por el que se crea el Insabin”, y dos días más tarde, se obsequió con una rapidez inusitada, la exención del análisis de impacto regulatorio (AIR), herramienta de política pública que tiene por objeto garantizar la calidad de las regulaciones y que los beneficios sean superiores a los costos.
Así como analizar sistemáticamente los impactos potenciales de los instrumentos regulatorios para la toma de decisiones gubernamentales, fomentando que éstos sean más transparentes.
El Insabin decretado por esta vía es hoy inexistente.
Por Ley, dos meses más tarde, el 3 de julio se presentó una “iniciativa de Morena que plantea la creación del Insabin y la derogación del Seguro Popular”, la cual se encuentra en proceso de estudio y análisis en la Comisión de Salud, responsable de hacer el dictamen para aprobarse primero allí y luego en el pleno de los 500 diputados.
Después la Minuta pasaría al Senado de la República, que deberá revisarla y, si fuese aprobada en sus términos, enviaría al Ejecutivo Federal para su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Sólo hasta la entrada en vigor de las modificaciones a la Ley General de Salud, estaría creado dicho Instituto. El Insabin decretado por esta vía es también hoy inexistente.
El presidente López Obrador también señaló que: “El Instituto ha empezado a resolver cuatro demandas básicas en materia de salud: el abasto de medicamentos, la asignación de médicos, enfermeras y paramédicos en toda la población, la rehabilitación y ampliación de la infraestructura de salud y la basificación de más de 80 mil trabajadores de la salud”.
Obvio es que si no existe el Insabin, menos que esté empezando a resolver lo señalado por él.
Los hechos denunciados por los ciudadanos y los medios de comunicación me permiten afirmar que en esta administración, el sector salud enfrenta su etapa más crítica.
Hoy, para nadie es desconocido que, un año le bastó a este gobierno para conducir a su peor a crisis tanto en los servicios estatales de salud como en las instituciones de seguridad social y cito tres ejemplos sucintos.
Abasto de medicamentos. Para el semestre julio-diciembre de este año se asignó apenas el 32% de lo necesario, y quizá se asigne de manera directa, quién sabe cuándo y con qué transparencia el 86% restante.
Asignado no quiere decir comprado y distribuido hasta las unidades médicas donde se prescriben. Por ello no hay medicamentos y la población lo siente y lo sufre, comunicándolo a los medios de comunicación.
Quizá la institución que más lo sufre es el ISSSTE, que dejó una deuda mayúscula por adquisición de medicamentos desde el año 2017 y, debo reconocer que este gobierno ha hecho esfuerzos por pagarlas y generar confianza para que les vuelvan a dar créditos.
Vacunas. A confesión de parte, relevo de prueba es un axioma jurídico que significa que quien confiesa algo libera a la contraparte de tener que probarlo.
Los propios funcionarios de la Secretaría de Salud han reconocido el desabasto de vacunas, sobre todo para prevenir el sarampión, entre otras.
Pasamos del gozo al pozo, contando hasta el mmento de escribir esta columna con 16 casos a lo largo de la república, la mayoría importados.
El reto es mayúsculo, pues debemos asegurarnos en el futuro cercano que al menos el 95% de la población tenga su esquema cubierto por grupos de edad.
Recursos humanos. En el informe escrito no da cuenta de los dichos del Presidente que hayan asignado médicos, enfermeras, psicólogos, nutriólogos o promotores de la salud a todas la regiones del país.
Por el contrario, debido a los recortes del presupuesto y la eliminación de programas como el componente de salud Prospera, han implicado despidos del personal de la salud.
Protestas de pasantes al querer disminuir sus becas y el número de plazas a pesar de que atienden a la población más dispersa y pobre del país.
Residentes de especialidad afectados por la carga laboral y el salario ínfimo; servicios críticos como las terapias intensivas, oncológicas y neonatológicas subutilizados por especialistas que eran contratados como eventuales y que fueron despedidos.
Insecticidas. Hasta el último boletín epidemiológico oficial, se registran seis mil 958 casos confirmados del Dengue sin datos de alarma, 425% más que el mismo periodo del año pasado. Casos de Dengue con datos de alarma dos mil 554 y como Dengue Severo 699.
Espero que la corrupción sea combatida de manera efectiva y que tengamos insecticidas, medicamentos y personal para combatir el Dengue.
Concluyo esperando que mañana el proyecto de presupuesto 2020 que presentará el Presidente a la Cámara de Diputados refleje en hechos sus dichos, que hasta hoy, son falsedades.
Fuentes:
1. http://www.cofemersimir.gob.mx/portales/resumen/47417#
2. http://gaceta.diputados.gob.mx/Gaceta/64/2019/jul/20190708.html#Iniciativa18
3. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/489808/BSEMANAL_34.pdf