Hoy más que nunca los mexicanos estamos en tiempos de las ocurrencias. Ese pronto decir, sin meditar, no es nuevo; pero ha cobrado sustento, como novedad, en todos los ámbitos de gobierno.

Desde abajo hasta la cúspide del poder o mejor dicho, al revés, se plantean cuestiones sin razonamiento siquiera mínimo.

En esa tesitura, costumbre o práctica, al Secretario de Seguridad Pública en León, Mario Bravo Arrona, se le vino al caletre la idea de que todos, desde la casa, seamos policías.

Tal sugerencia se antoja piedra o coyol en bruto.

Los simples mortales tenemos la urgencia de que los más preparados ilustren a quienes, en algunas cuestiones, no conocemos ni la “o” por lo redondo.

Eso indica que el exhorto del funcionario, que surgió el martes retropróximo en reunión con vecinos de León Moderno, debió traer bolitas y palitos para que la gente común lo entendiera. 

Pero no, llegó el titular con sus asistentes desprovisto de una agenda, como quien dice “mano sobre mano”, dispuesto a oír a los asistentes.

Bueno, entendemos que el saber escuchar es ventaja, disposición de políticos y funcionarios dispuestos a servir; pero si no tienen respuestas adecuadas, prácticas a los planteamientos que se les hacen, es exponerse si no al ridículo, por lo menos a baja calificación.

Sorprendió, sobre todo a los funcionarios, la persona que con una navaja en mano, expresara las razones por las que se ha armado. Es que la delincuencia, aseguró, anda en lo suyo aquí permanentemente. Dio el sustentante datos pormenorizados de la inseguridad.

Los funcionarios se advertían pasmados lo que mostró que ni por referencia conocían la realidad.

Cuanto se les refirió seguramente era nuevo para ellos. Eso demuestra que no existe, en esa Secretaría, ni un esquema y menos la memoria de lo delincuencial en León. Todo se antoja novedad como si la maldad o los malosos hubieran comenzado a operar hoy.

Ante las críticas situaciones, sobre todo si son las acusaciones de palabra, los encargados de encausar primariamente la justicia, exhortan a que se haga la denuncia formal ya que ésta tiene gran valor procesal. 

Sí, es cierto y jurídicamente correcto; pero aquí nos topamos con que ante el Ministerio Público deben presentarse no únicamente datos sino pruebas comprobables. Los pillos han aprendido a hacer sus actos perniciosos, por lo mismo procuran no dejar huella.

El secretario Bravo se sacó de no sabemos dónde, eso de ser policías desde la casa.

Confieso que desconozco el historial académico del personaje, pero sin calificar o menos descalificarlo, tenemos la urgencia de entender  ese nuevo concepto.

Hace muchos años, cuando esta ciudad era chica y sin tanta problemática, había el policía de barrio y hasta comisario, que vigilaba los rumbos de día y de noche. Eso ya pasó, mas debe quedar claro y entenderse que eran preventivos en su accionar. Con su presencia inhibían o asustaban a los pillos; los tenían como quien dice señalados y vigilados, hasta en cierta forma sometidos. 

Eso, ya lo dije: se acabó. Pero lo que sigue vigente es la función policial. Ese cuerpo no ha dejado de ser preventivo lo que quiere decir casi intuitivo. 

Hoy con la modernidad tecnológica ya se puede tener esquema de sitios conflictivos, peligrosos y si mucho me apuran en plantarlo, hasta puntos de alto riesgo e imágenes de los delincuentes.

Si el Director de Seguridad no conoce a los rufianes por su físico o nombre, sus agentes debieran saber quiénes y cuántos azotan no sólo León Moderno, sino la Madero y alrededores: Garita, Palo Cuarto, la Andrade. 

Ignorar eso es tanto como estar mano sobre mano, sin proyectos alternativos, careciendo de un esquema accionario.

Hay pillos de todas las calañas. Actúan sin horario; lo mismo le roban, casi en sus narices a don Toño, un jardinero, su podadora a las 10 de la mañana en Ángela Peralta, que, con un desarmados en guante, “cobran”, derecho de paso en Fray Daniel Mireles esquina con Bosque. 

Operan a partir de las 8 por la noche, hasta las 11. La gente, en ocasiones les da, por temor. ¿Quién ha hecho algo para regenerarlos, que ese es otro tema, siquiera espantarlos? La denuncia se ha repetido varias veces en la estación radial “La Poderosa”. 

Planteo si los ciudadanos, que ahora seremos policías desde la casa, ¿vamos a proceder, como el valiente personaje de León Moderno a defendernos?

Ya la gente ha creado y hasta inventado sistemas para cuidarse dada la incapacidad de las autoridades, que ahora, por lo que se ve, pretenden incorporarnos  a un nuevo cuerpo preventivo.

Si el ilustre Secretario de Seguridad no nos da el manual para ser policías desde la casa, vamos a entender que la idea fue sacada para salir del paso o como se dice comunmente: de la manga.

Con esas soluciones, ¿avanzamos o retrocedemos? Medítenlo lectoras y lectores.

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