Presupuesto 2020, Diego y sus razones
El presupuesto 2020 de Guanajuato es reflejo de las preocupaciones del gobernador Diego Sinhue Rodríguez después de su complicado primer año.
No habrá bonanza pero sí un monto suficiente para gobernar. Los $87 mil 300 millones aprobados representan un 1.2% de alza real sobre el 2018.
El primer mensaje del Gobernador es echar “toda la carne al asador” con el mayor presupuesto que tiene disponible para los ejes de Seguridad y de Justicia. La Secretaría de Seguridad Pública ejercerá 4 mil 250 millones de pesos, 25% más, y la Fiscalía General del Estado 3 mil 174 millones de pesos, 18% de incremento.
Se trata de un crecimiento exponencial que ambos presupuestos han tenido desde el sexenio del gobernador Miguel Márquez con las mismas cabezas al frente, el secretario Álvar Cabeza de Vaca, y el fiscal (antes procurador) Carlos Zamarripa.
El presupuesto es también una señal de confianza de Diego a ambos funcionarios que un día sí, y otro también, la oposición exige su salida por la violencia sin freno.
El Fiscal es autónomo y fue ratificado por nueve años por el Congreso, su remoción no es una facultad discrecional del Gobernador. No hay señales de sacudir nada.
Álvar sí es un empleado de Diego, de los guanajuatenses todos, pero tampoco está en el ánimo del Gobernador el reconsiderar su permanencia. Está firme. Punto.
La Secretaría de Seguridad tiene 800 plazas vacantes que no ha podido cubrir para alcanzar 4 mil elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado. Además del compromiso de pagarles 20 mil pesos libres al mes desde el 1 de enero 2020.
El reporte que presentó el secretario de Seguridad federal, Alfonso Durazo, coloca a Guanajuato como la novena entidad con mayor déficit de policías. Lo positivo es que es tercero con el mayor porcentaje de policías certificados (81.7%).
En el gabinete legal los ajustes de presupuesto más significativos están en las secretarías de Finanzas (+40%), Gobierno (+19%) y Transparencia (+9.6%).
Otro bloque importante registra estabilidad, como son: Desarrollo Económico (+4.7%), Educación (+3.5%), Oficina de la Gubernatura (+5.7%), Innovación, Ciencia y Educación Superior (+0.6%) y Desarrollo Agroalimentario y Rural (-0.6%).
A la baja: Turismo (-32%), Infraestructura, Conectividad y Movilidad (-24%), Migrantes (-24%), Desarrollo Social y Humano (-17.8%), Medio Ambiente (-10%).
En el caso de Infraestructura y Desarrollo Social la baja se compensará cuando sea aprobado el crédito por 5 mil 350 millones para proyectos de obra en todo el estado.
La explicación general es que el pastel no es más grande y si hay que quitar rebanadas para fortalecer el eje de seguridad es inevitable que haya damnificados. Pero no deja de llamar la atención que esas reducciones se den en dos de las dependencias que nacieron con esta Administración: Migrantes y Medio Ambiente.
El caso de Migrantes es más revelador pues el presupuesto se desploma de 125 a 95 millones de pesos (incluso menos que el Forum Cultural que tiene 100 mdp). Una de las lecturas es que la transformación de Instituto a Secretaría no se ha reflejado en la capacidad de acción y no justifica el ejercer más recurso.
John Hernández ya probó que no es lo mismo dar opiniones en CNN Español sobre la importancia de los migrantes, que ganarse su confianza y trabajar con ellos.
Para muestra la tragedia de Leo Reyes, migrante asesinado en una comunidad de San Miguel de Allende por agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado hace un año en hechos que todavía no han sido aclarados por la Fiscalía General del Estado y que también esperan una resolución de la Procuraduría de Derechos Humanos.
En la celebración del Día Internacional del Migrante, en Dolores Hidalgo, Lupita Cayente, mamá de Leo, familiares y amigos, protestaron pacíficamente, pero el Secretario hizo como que no los vio, hasta que la tuvo enfrente y la saludó. No está en su cancha resolver un crimen, nadie dice eso, pero sí exigir con ellos justicia.
En Medio Ambiente la poblana Marisa Ortiz parece que mantiene toda la confianza de Diego, pero urge pasar de las buenas intenciones a los hechos. Un ejemplo son los tiraderos de basura a lo largo y ancho del estado que son un verdadero desastre.
Otro caso para el análisis es lo que pasa en la Secretaría de Turismo que encabeza Tere Matamoros. El recorte se matizó un poco con un ajuste al final de 15.9 millones más (once de esos a una propuesta de Miguel Salim) y con el incremento del Impuesto Sobre Hospedaje del 2% al 4% que se destina a la promoción turística.
Lo cierto es que la Secretaría no ha “hecho click” con el sector turístico en general. Por diversas razones -no a su alcance- 2019 registró una caída en visitantes, ocupación y empleos, pero preocupa que no haya claridad en el rumbo sexenal. No hay que perder de vista que el PIB turístico representa el 10% para Guanajuato.
Un caso más para el análisis es la Secretaría de Innovación, Ciencia y Educación Superior que encabeza el politécnico Eusebio Vega y cuyo presupuesto se mantiene prácticamente estancado desde que nació como dependencia en 2016.
El poco brillo de la flamante SICES no encaja en que Guanajuato se mantiene en el fondo de la tabla en la cobertura de educación superior y con el discurso del gobernador Diego Sinhue que tanto presume en dar el brinco a la “mentefactura”.
En el sector de paraestatales la tijera alcanzó a muchas dependencias, pero principalmente al Instituto de las Mujeres (-35%) que comanda Anabel Pulido. Es mal momento cuando el grito universitario de hace unos días fue el ¡alto al acoso!
Entre las más sacrificadas están: Educafin (-20%), Comisión Estatal de Cultura Física y Deporte (-16.5%), DIF Estatal (-11.9%), TV4 (-12%) y el CECyTE (-10.4%).
Un caso aparte es lo que pasa con el Instituto de la Juventud Guanajuatense que ejerce escasos $29 millones e incluso le redujeron en un 3%, cuando se supondría sería una dependencia central en el modelo islandés de prevención de adicciones. El irapuatense Jorge Romero brincó el sexenio pero es otro al que siguen con lupa.
Golpe de timón en Celaya
El cambio de mandos policiacos en Celaya sí parece un “golpe de timón”. Ojalá.
La llegada de los policías federales Miguel Ángel Simental, como secretario de Seguridad Pública, y Luis Enrique Chabolla Mosqueda, Jefe de la Policía Municipal, serían los primeros en la era reciente que no son nombramientos bajo la influencia del secretario estatal Álvar Cabeza de Vaca y/o el fiscal Carlos Zamarripa.
En su paso por la Policía Federal de Guanajuato, Simental mantuvo una muy buena relación con las autoridades del estado, pero eso es muy distinto a responderles. Se busca con ello garantizar que existe una coordinación, pero no una subordinación.
Con eso el gobernador Diego Sinhue manda también una señal de que está abierto, y es más, le urge el refrescar los perfiles de mandos policiacos en todo el estado.
La sugerencia de Simental a Elvira habría venido pues desde Palacio de Gobierno.
En Celaya, secretarios de Seguridad van y secretarios de Seguridad vienen. Directores de la Policía van y directores de la Policía vienen. La realidad es que el problema se ve demasiado grande como para que un mando le ponga fin. Pero ellos aceptaron sin pretextos ese reto y la sociedad les demanda resultados pronto.
La alcaldesa panista Elvira Paniagua asegura que ella tomó completamente la decisión del cambio, y sí, aunque por las declaraciones hechas por el gobernador Diego Sinhue se da a entender que la llegada de Simental y su equipo tiene que ver más con un acuerdo entre Gobierno del Estado y la Federación.
Diego ofreció ese nombramiento como prueba de la buena relación y coordinación que asegura hay entre su gobierno y el de Andrés Manuel López Obrador.
De Simental se dice que ha hecho buen trabajo en los estados donde trabajó. Fungió como Coordinador de la Policía Federal en Guanajuato, algo que por lo menos da esperanzas de que logre disminuir la delincuencia que azota a Celaya.
Simental suma 31 años de servicio policiaco, pero una de las acciones por las que más se reconoce fue que detectó (y declaró) que desde adentro de la refinería de Salamanca extraían gasolina ilícitamente en pipas rotuladas con logos de Pemex.
Es experto en estrategias para combatir el robo de vehículos luego de que en 2001 recibió un curso de recuperación de vehículos robados, por el Departamento de Policía de Arizona en Estados Unidos y un año después recibió un reconocimiento de la Oficina Nacional de Crimen de Seguros (NICB por sus siglas en inglés).
Fue reconocido por diferentes empresas de autotransporte público de pasaje local y foráneo por la baja significativa de delitos en la prevención y combate al asalto y robo dentro de la circunscripción de la PF en Ecatepec, Estado de México.
Su último trabajo había sido como titular de la Unidad Operativa de Seguridad Preventiva Estación Apatzingán, la cual había encabezado desde marzo pasado.
Celaya ya no tiene más tiempo. O empieza el “golpe de timón” o se habrá perdido.
No será fácil
La labor de Simental y Chabolla no será fácil, durante los últimos cuatro meses los asesinatos en Celaya aumentaron 57% y los robos en tres meses 13%.
De agosto a octubre se denunciaron 2 mil 437 robos en diferentes modalidades en Celaya, un promedio de más de 26 robos denunciados diariamente. Mientras que en mayo, junio y julio, se denunciaron 2 mil 141 robos, es decir, hubo un aumento del 13% en las denuncias de robos con su presencia en el municipio.
Y lo más crítico es que los asesinatos incrementaron el 57% y Celaya ha vivido el cuatrimestre más violento desde que se tiene registro. Según datos del conteo diario que realiza AM/Al Día de agosto a noviembre del 2019 se registraron 146 asesinatos, 53 casos más de los contabilizados de abril a julio.
En agosto, en Celaya se registraron 43 asesinatos, la cifra más alta para un mes.
En resumen, los celayenses ya no creen mucho en que se pueda hacer algo al respecto. Por ello, son necesarias nuevas estrategias. De inicio el cambio, como en todos los ámbitos de la vida, es bueno y viene a refrescar.
Salud, incertidumbre
El jueves el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador presentó en sociedad el Instituto de Salud del Bienestar (Insabi) que sustituye al Seguro Popular.
Se escucharon los esperados mensajes de buenos deseos para que lo nuevo sea mejor a lo que sepultaron, pero aún sin claridad de cómo es que eso va a suceder.
Ahí estuvo en el evento el secretario de Salud de Guanajuato, Daniel Díaz Martínez. Tal parece que se regresó con una doble sensación: la de tranquilidad porque, al menos por ahora, todo apunta a que iniciará el año como terminó, con el Estado administrando su Sistema de Salud y prestando de manera ordinaria todos los servicios más o menos con el mismo presupuesto que lo viene haciendo este año.
Pero, por otro lado, no termina de despejarse la incertidumbre. Las reglas del Insabi no han terminado de escribirse y hay que estar atentos a muchos temas, por ejemplo qué va a pasar con el personal del Seguro Popular en Guanajuato.
La confianza es que, al ser un sistema que en lo local funciona sin deuda y sin observaciones de graves irregularidades en las auditorías practicadas, la Federación termine por no hacer olas de más en Guanajuato, al menos, claro está, que sea para cerrar filas con el Estado y mejorar la prestación de los servicios.
De no ser así, y advertirse cualquier riesgo de centralizar el aparato de Salud, ya el gobernador Diego Sinhue ha dicho recio y quedito “no vamos a entregar nada”.