Guanajuato capital.- La elaboración de carbón vegetal en las comunidades El Cubo y La Rosa, en el municipio de Guanajuato, ha sido retomada por los habitantes que se quedaron sin empleo con el cierre de la mina.

El pasado 30 de enero la Compañía Minera del Cubo, filial de la empresa canadiense Endeavour Silver Corp, dejó de operar y más de 300 personas quedaron sin trabajo; ahora buscan ingresos como carboneros, uno de los oficios más antiguos. 

Así luce una calle de la comunidad de La Rosa, en Guanajuato. Foto: Omar Ramírez.

Habitantes de estas localidades mencionaron que entre 50 y 70 personas comenzaron a trabajar haciendo carbón, más de la mitad por su cuenta y otros con productores ya establecidos. 

Por más de siete décadas mineros de La Rosa, Tajo de Dolores, El Cubo y Calderones aportaron mano de obra en la extracción de plata y oro, pero sin esta fuente de ingresos ahora producen carbón vegetal en lo alto de la Sierra de Santa Rosa.

En varias casas ofertan carbón al menudeo o mayoreo. Foto: Omar Ramírez.

Mensualmente un carbonero gana entre tres mil y cuatro mil pesos, ya que el proceso para elaborar una tonelada de este combustible es tardado, debido a que depende del clima y otros factores para que el horno permanezca encendido.

Actualmente a los carboneros de La Rosa y El Cubo les pagan a tres pesos el kilogramo de carbón en las poblaciones cercanas, pero su precio comercializado al menudeo alcanza hasta los 20 pesos en otros municipios de la entidad.

Trabajo con un señor que tiene permiso para cortar árboles allá en la sierra, a nosotros nos pagan por lo que hacemos, pero como ya estoy viejo no me rinde como a los muchachos; he escuchado que venden el carbón en León, Irapuato y Salamanca a distintos precios, pero pueden ser de 10 hasta 20 pesos”, comentó José Jaramillo García.

El hombre platicó que tiene más de 50 años dedicándose al oficio de carbonero, en los cuales ha estado a punto de morir en dos ocasiones porque los árboles que derribó para producirlo le cayeron encima.

A esa gente que se quedó sin trabajo en la mina no le queda de otra más que meterse a trabajar en el carbón porque ya cerraron todas las minas de por aquí, no se gana mucho pero es algo de dinero, todos los muchachos que iban al Cubo andan allá arriba haciendo carbón”, mencionó Jaramillo.

Aunque el oficio del carbonero se ha vuelto cada vez menos atractivo para las nuevas generaciones, en zonas rurales de Guanajuato donde no hay fuentes de empleo, está siendo retomado.

La maquinaria para extraer de las minas está detenida. Foto: Omar Ramírez.

Para su elaboración se utiliza principalmente la madera de los árboles conocidos como encinos prietos, encinos colorados, laureles, charrascos y cachanillas.

Este tipo de árboles tiene fuerte presencia en la Sierra de Santa Rosa, ubicada al norte de El Cubo y La Rosa.

Al detalle

  • El carbón vegetal de madera verde se produce en hornos creados con material como tierra, hojas y ramas secas en los lugares donde se derriban los árboles.
  • Una carbonera es un montón o pila de leña que se cubre con musgos, se le prende fuego y por varios días se deja encendido hasta que se consume la humedad y general el carbón vegetal.
Entrada a una de las minas que dejaron de producir. Foto: Omar Ramírez.

  • En las comunidades de La Rosa y El Cubo, algunos mineros que se quedaron sin trabajo iniciaron como carboneros.
  • El precio de tonelada de carbón comercializada en ciudades de Guanajuato es de 3 mil pesos.
  • A tres pesos les pagan el kilogramo a los carboneros que lo producen en la sierra.

 Emigran otros a Durango

Desde hace tres años las oportunidades para trabajar en la minería se agotaron para Marco Antonio Muñoz Jaramillo, de 23 años.

En busca de empleo, llegó hasta una mina de Guanacevi, Durango, donde encontró estabilidad económica aunque está lejos de su familia.

Marco Antonio Muñoz, de 23 años, se fue lejos por falta de trabajo. Foto: Omar Ramírez.

“Me fui a los 20 años a Durango a trabajar en una mina de plata, la verdad sí se le batalla al estar lejos de la familia, pero aquí no hay trabajo; yo inicié cuando tenía 18 años en la mina Santa Cecilia y luego en la mina Las Torres, pero las cerraron y me tuve que ir”, comentó.

“En Guanacevi radican cerca de 120 guanajuatenses que tuvieron que emigran en busca de trabajo dentro de la minería”, aseguró Marco Antonio.

Cada 20 días que descansan se vienen a las comunidades de La Rosa, El Cubo y Calderones, de donde son originarios.

Este fin de año, como los dos anteriores, Marco Antonio no podrá festejar las fiestas con sus familiares, ya que le tocó trabajar hasta el 10 enero.

Me voy mañana (24 de diciembre) y trabajo 20 días, luego me dan de descanso 10 días y me vengo a ver a mi gente; es duro pero tenemos que aguantar, Guanacevi también es un pueblo chiquito donde no hay mucho qué hacer”, expresó el joven.

Contó que a su corta edad también trabajó un tiempo en la mina Santa Bárbara, en el estado de Chihuahua.

Vive del carbón 11 años

Con una botella de mezcal en la mano, Silvano Muñoz bajó cansado de la sierra de Santa Rosa el pasado lunes; arriba, en lo alto de la montaña, dejó el horno preparado con ramas de árboles donde piensa obtener unos 300 kilos de carbón.

“Si le pego todo el día trabajando en el carbón, al menos me gano como unos dos mil o tres mil pesos, pero pues unos traen motosierra y la que yo traigo ya no sirve para nada; ya tengo costales de carbón para bajar esta semana”, dijo mientras tomaba un descanso sobre el camino a la sierra.

Silvano Muñoz produce carbón en la sierra de Santa Rosa. Foto: Omar Ramírez.

“Tabaco”, el burro que utiliza para bajar el carbón en costales desde la sierra, lo acompaña desde hace varios años.

“Soy carbonero, minero, albañil, de todo he trabajado, pero en esto es donde más tiempo me friego; ya tengo 50 años pero ganas de trabajar me sobran”, añadió mientras le daba un largo trago a  su mezcal.

Casi muere bajo la tierra, pero se salva de milagro

Apenas el mes pasado Felipe Muñoz fue liquidado en la Mina del Cubo y aunque se tomó unos días de descanso con el dinero que recibió planea comenzar en el oficio de carbonero en los próximos días.

Felipe Muñoz muestra cómo le quedó el pie derecho luego de que le cayera una piedra encima cuando trabajaba en la Mina del Cubo. Foto: Omar Ramírez.

En su cuerpo lleva las marcas de haber trabajado bajo tierra, donde estuvo a punto de morir hace cinco años cuando le cayó una piedra en su pie derecho, cercenándole la mayoría de los dedos.

Le cayó una piedra encima del pie derecho. Foto: Omar Ramírez.

 

Éramos seis mineros los que andábamos abajo, uno de mis compañeros corrió para un lado y yo para el otro, si lo hubiera seguido estaría muerto porque fue donde cayó la piedra que lo mató”, narró. 

Pedro Muñoz, papá de Felipe, tiene trabajando 17 años en el carbón, luego de retirarse de minero, labor a la que se dedicó 34 años.

“Ahorita ya está más fácil hacer el carbón porque ya trozan la leña con una motosierra, antes era a pura hacha; nombre, eran unas chin… cuando nosotros empezamos”, recordó el hombre de 68 años.

Cuando inició en el carbón se iba caminando hasta Santa Rosa, ubicada sobre la carretera a Dolores Hidalgo, para llevar el carbón que bajaba de la sierra; ahora los comercializadores de este combustible lo recogen en la comunidad.

Pedro Muñoz tiene 68 años; duró 34 de minero y lleva 17 en el carbón. Foto: Omar Ramírez.

El interés en el carbón ha crecido, aseguró Pedro Muñoz, debido a que lo utilizan mucho en restaurantes de pollos asados principalmente, así como establecimientos donde ofrecen las típicas carnes asadas.

“Ahorita el carbón está muy socorrido y es bueno dedicarse a esto porque sí sale para comer”, finalizó.

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