Si no sabes a dónde quieres ir, no importa qué camino sigas”
, le respondía el gato de Chesire a Alicia, la de “El país de las Maravillas”.
La planeación estratégica es una serie de procesos que permiten al capital humano conducirse para establecer metas de la organización, así como definir políticas de la empresa y sus mecanismos de implantación, para poder alcanzar los objetivos trazados.
Actualmente se percibe a la administración en salud como una de las áreas más importantes, en las cuales la planeación, organización, dirección y control, permiten la solución de situaciones previamente diagnosticadas y jerarquizadas.
En las organizaciones es importante la planeación estratégica, pues disminuye el error en situaciones inciertas, otorga flexibilidad para adaptarse a los cambios, permite oportunidad en la toma de decisiones, hace más simple la priorización y la asignación de recursos, y es un mecanismo de fiscalización pública efectiva y transparente ya que reconoce el seguimiento de las gestiones y los resultados.
En México, las instituciones de salud suelen implementar planes, programas o estrategias para mejorar sus procesos, fundamentados en sus lineamientos, procedimientos y políticas, pero no siempre existe una vinculación con los objetivos, acciones, indicadores y metas de las propias instituciones y esto es en gran medida atribuible a la notoria desvinculación entre los niveles jerárquicos que son responsables del diseño, la implementación o supervisión de los programas o planes de trabajo.
De manera habitual, los altos directivos en salud suelen ser los responsables de la implementación de los programas de trabajo, sin que haya una garantía de que los mismos hayan participado en su elaboración y desarrollo y esto es causa de que dicha implementación no tenga un impacto sustancial en los indicadores, metas u objetivos establecidos para las instituciones de salud.
De ello, se desprende la necesidad de un modelo actualizado de gestión médica y administrativa, que tenga una orientación a la participación más activa del personal de mandos medios y personal operativo, con el objetivo de lograr una alineación estratégica con la alta dirección.
Esto se logra únicamente con un modelo de formación directiva que tenga un involucramiento completo para elaborar su diagnóstico situacional y de salud, para posteriormente conformar un plan que atienda los principales problemas, jerarquice prioridades y logre crear objetivos y líneas estratégicas, desarrolladas a la par de actividades táctico operativas, para resolver los problemas propios de la institución y de los establecimientos de atención médica.
Es fundamental entonces que la alta dirección en salud tenga definidos los objetivos que se quieren alcanzar, para que aquellos de jerarquía subsecuente sepan sustentar metodológicamente su planeación, la cual atienda las necesidades específicas de las instituciones y se pueda garantizar un mejor resultado en el cumplimiento de metas y logro de resultados, utilizando todos los recursos de administración, financieros, humanos y de infraestructura para atender y resolver problemas globales y específicos.
Mientras no se tenga una definición del camino que se quiere seguir en materia de salud en México, no importará entonces cuál ruta se tome, sin embargo, hay una probabilidad alta de tomar la alternativa equivocada.