Mi Rufo: Como padre de familia, mi primera y principal responsabilidad es proveer de comida mi hogar, es decir, garantizar la alimentación de mi familia.
S- Antes que escuelas, techo, ropa, celulares o vacaciones: ¡Está comer bien!
R- Guauuu, no puedo estar más que de acuerdo, lo mismo pasa en la manda, alimentar bien a los pequeñuelos es prioridad, aunque siempre le damos su lugar al macho alfa primero, ya que es el que defiende a todos.
S- Cuando pienso en ello y me imagino gobernando un municipio, un estado o a la república mexicana, mi pensamiento no cambia: mi prioridad como gobernante sería garantizar la alimentación de los mexicanos;& antes que tratados comerciales, exportaciones, construcción de infraestructura, rifa del avión presidencial, gastos de publicidad o negocios para correligionarios, parientes o compadres o cualquiera otra jalada: ¡Primero garantizar una buena alimentación!
Pensemos: ¿de qué nos sirve una carretera si el pueblo tiene hambre?, ¿para qué quiero un hospital si el paciente, antes, ya murió de hambre?, ¿y una escuela de que me sirve si los niños no aprenden porque tienen hambre y como consecuencia natural, sus cuerpos y su cerebro, malnutridos, no funcionan con la capacidad de aprender?
Mi abuela fue una mujer sabia, perro, a pesar de que no tuvo escuela; ¿su mayor virtud?: enseñarnos a amar a través de su ejemplo. La abuela, con su presencia unía a la familia, sus palabras nos aconsejaban, sus propuestas nos permitieron progresar para vivir con más oportunidades y una mejoría en muchos aspectos; pero la actividad primera y cotidiana de la abuela: ¡Era preparar una comida sana!, desayuno, comida y cena y de vez en cuando galletas y panquecitos.
R- Grrr. Hoy, con un mundo convulsionado por la estupidez y avaricia de los poderosos y la construcción de un modelo inoperante e inmoral de consumo al infinito en un planeta redondo y con un México que se debate entre la ineficacia, la corrupción y el crimen, continuamente pienso en tu abuela y en las soluciones que estaría implementando para sobrevivir, mi Santias& ¡Primero comer que ser Cristiano!, diría la abuela y le tomo la palabra& ¡Hoy!, los gobiernos de los tres niveles en México, apoyados en congresos estatales y en el Congreso federal deberían estar implementando políticas públicas y programas cuyo objetivo debería ser, apoyados en ciencia y en la organización social para la producción, programas y estrategias de inversión y apoyo al campo para producir alimentos para el pueblo, con un objetivo económico subyacente, el desarrollo económico regional que reactive los mercados locales y regionales y el desarrollo social a partir de las comunidades, pasando por los municipios y llegando a los estados para, unidos, alcanzar la seguridad alimentaria en todo México y una oportunidad real de progreso.
S- Así es mi Rufo. Tener, como tenemos, veinte millones de compatriotas con pobreza alimentaria, debería darnos vergüenza a todos y por ende, actuar en consecuencia para asegurarnos de que ningún mexicano que trabaje tenga hambre; pero lo sé, no con estos gobernantes que, rodeados de ineptos y corruptos, juegan con aeropuertos, trenecitos y loterías tramposas, mientras a nuestros soldados los traen de albañiles y el crimen se reparte a México& ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Escritor y soñador