San Miguel de Allende, Guanajuato.- SMA, ciudad colonial que ha ganado galardones por ser “La Más Bonita”, “La Mejor para visitar” y la que el año pasado recibió más de 50 mil visitantes en Semana Santa, hoy está vacía.
Su jardín, donde los visitantes se sientan a contemplar la inmensidad de la parroquia de San Miguel de Arcángel y escuchar la música del mariachi que nunca para, hoy está resguardado con cintas de seguridad para evitar que se usen las bancas y que caminen alrededor de su kiosco. Todos deben estar separados y resguardados en casa ante la pandemia por el coronavirus.
La ciudad que vive del turismo hoy sufre por su ausencia, porque sin ellos no se gana por vender, no hay quién compre artesanías ni quién quiera una canción del mariachi.
Restringen horarios a restaurantes
De los 300 restaurantes que existen en el padrón de San Miguel de Allende, algunos se decidieron por cerrar “hasta nuevo aviso” y quienes aún operan, deben guardar la “sana distancia” entre sus comensales para evitar contagios por el COVID-19.
A las 9 de la noche ya no debe haber clientes y los puestos de tacos, los que servían a los trasnochados tras visitar los bares y cantinas, deben irse temprano a casa porque nadie puede vender después de la hora indicada.
Hoy por las calles se ven más patrullas y elementos de Tránsito que civiles. Las esquinas son vigiladas sin descanso por quienes deben guardar el orden y pedir a quienes pasean que se vayan a casa porque es una “medida gubernamental”.
Pocos paseantes hay por las calles, donde hay mucho que ver pero poco por hacer.
Jorge Olalde, presidente de la Asociación de Hoteleros de San Miguel de Allende, dice que el año pasado, en los 135 hoteles que hay para recibir al turismo, se llenaron 9 de cada 10 habitaciones; hoy apenas un 2% está abierto, esperando la llegada de alguien que se atreva a desafiar la pandemia y viajar a una ciudad paralizada por la pandemia.
No hay viajes en tranvía por los sitios atractivos, no hay mojigangas esperando que te tomes la fotos. Los vendedores de globos de colores no tienen a quién venderle, y las tiendas de artesanías y estrellas de latón mejor cerraron porque les cuesta más mantener abierto un local al que no llegará nadie.
“Las pérdidas son terribles”
Desde el 20 de marzo, día en que el Gobierno de San Miguel de Allende lanzó el llamado de emergencia para cerrar bares, cantinas, restaurantes y hoteles, esta Ciudad Patrimonio comenzó a quedarse sin gente.
Elaine Pérez, directiva del parque conceptual Escondido Place e integrante de la Mesa Directiva de la zona de Atotonilco, dice que los parques recreativos, balnearios y lugares de aguas termales decidieron bajar la cortina desde el primer día de la emergencia.
Las pérdidas como empresas son terribles. Son 795 afectados en el corredor de Atotonilco de 15 hoteles, 12 balnearios y 14 restaurantes que hay. Nadie está trabajando y todos estamos aguantando esta crisis, sosteniendo a los empleados, pero no sabemos cuánto tiempo vamos a aguantar”.
Este domingo se cumplen 24 días de encierro y cierre voluntario, donde San Miguel de Allende registra hasta ahora tres casos positivos al coronavirus y el primer contagio comunitario que se registró en Guanajuato. El estado sumaba, hasta el viernes pasado, cinco muertes por el COVID-19 y 88 casos confirmados.
AM