Los ciudadanos tenemos derechos y conciencia que urge ejercer responsablemente. Imperativo democrático“. – Juan Aguilera Azpeitia

Hace cuatro días sonó, por la mañana, el teléfono fijo de mi domicilio.

Contesté y una voz femenina dijo de corridito:  “Si usted está de acuerdo con el aeropuerto de Santa Lucía, con la Refinería de Dos Bocas y el Tren del Sureste, que siguen trabajando, marque uno”.

Por supuesto que colgué.

Resulta una obviedad palmaria que quien realiza ese tipo de curiosas consultas, es el Gobierno Federal que encabeza AMLO.

No soy experto en encuestología como para censurar el método que se emplea, en el cual no hay la mínima  opción para decir no y menos opinar.

De estos procedimientos el resultado está como las famosas consultas a mano alzada, que se han puesto de moda y sirven hasta para un intento violatorio a la Constitución, tal cual se aplicó en Baja California Norte o en la termoeléctrica de Morelos.

Se trata de un engaño más para, con los resultados que se les ocurra, afirmar que la mayoría o casi todos los mexicanos consultados están de acuerdo con esas gigantescas obras que se realizan, además, en tiempos de coronavirus, cuando esos operadores debieran estar a resguardo.

Como en los ayeres de Porfirio Díaz: “a los amigos la ley y la gracia; a los enemigos la ley a secas”.

Si la epidemia es tan grave, como sí lo es ¿por qué esos miles se operarios, de diversos rangos y naturaleza no han de estar en cuarentena?. No es creíble que sea otra su naturaleza orgánica.

¿Por qué continúan laborando y sin los mínimos cuidados que han menester?.

Por una razón muy sencilla: el Presidente de la República ha establecido fechas para el término de esas obras, que ofreció como emblemáticas de su gobierno; por eso urge que no haya paros y menos cuidados. Aplanar, instalar estructuras, desmontar los campesinos en el Sureste, perforar en Tabasco o encementar pistas en Santa Lucía, con prisa, a tono con Cronos. La epidemia..¡que aguarde!.

Y si afecta…chitón.

El régimen actual, no en mucho, casi en todo, maniobra, manipula para que la verdad sea la que fluye del oficialismo y poder tener así una gran mayoría de votos y ciudadanos a su favor.

López Obrador obtuvo en números redondos treinta millones de votos que lo encumbraron. Muchos de ellos por su campaña de tres sexenios y sus planteamientos populistas. Otros en razón de sus dádivas, que nuestro pueblo, siempre ansioso de que le den, recibió con agrado y compromiso maicito pal metate. Hay quienes, para aplacar su conciencia cívica dicen: “si no necesito lo que me dan, se lo paso a otra persona que lo requiera”.Lo curioso es que jamás transfieren algo.

Y aclaro que no únicamente AMLO reparte sino que todos los partidos obsequian, principalmente en campaña: pasajes, tortas, refrescos, una lanita, mochilas, paraguas, camisolas, cachuchas y hasta bolsas para el mandado.Cuando se aproxima una campaña estatal o federal, salen a relucir piso firme o calentadores solares.

En ese sentido Morena o sea AMLO, se llevó las palmas si entendemos que su reparto de ayudas fue profuso y holgado.

No necesitó ni carrusel y menos operación tamal para concentrar amplia votación.

Es más, las tribus o sea desertores de otros partidos no pocos traidores a su ideología, que le llegaron en busca de acomodo, le sumaron simpatías. Él, hay que reconocerlo, sabedor de los apetitos en la política, repartió, con antelación, tajadas de poder.¿Y la historia personal, principios o convicciones?. ¡A la basura!. El acomodo es el bueno.De teorías…luego hablamos.

Hoy, a propósito del Covid 19 y sus consecuencias, desde el poder se maniobra para sumar adeptos.

Las ayudas que se dan a emprendedores o sea a los que solicitan, hombres y mujeres que cubren cierto requisitos, van formando en un listado que, a su tiempo seguramente, se convertirá en votos.

Ya presumen miles y puede llegar hasta millones, de cuantos, ellos y ellas, reciben veinticinco mil pesos para emprender negocio. No es mucho; pero un perdido a todas va. Lo que caiga es bueno.

La entrega de esos apoyos es a cambio de todos los datos pormenorizados.

Hay ayudas que, para que no se les olvide quién es el bueno, van con la firma de AMLO.

El Presidente no se entiende en esta crisis con los empresarios a quienes en cierto sentido desdeña, ya que no formula ningún programa o plan de rehabilitación económica, menos acepta cuanto le proponen para paliar la crisis, que es también profundamente financiera.

Su idea de fondo es que la debacle económica sea sorteada por los mismos comerciantes, industriales, chicos, medianos y grandes.

Da a entender, con suma claridad: si quieren librar la crisis financiera, háganlo ustedes mismos.

Al Presidente no le importan, según se advierte, los miles y millones de empleos en suspenso o que ya se han perdido, ni las familias retornadas a la miseria porque la informalidad desapareció dejando enorme estela de desocupados. Los pequeños negocios que no resucitarán, lo tienen sin cuidado.

Lo que le importa, salta a la vista, es ser él quien decide todo y por el control político, autoritario, que mantiene.

Si no hay, desde el Gobierno Federal, un plan amplio, realista, efectivo y sustentable financieramente hablando, el Covid 19 nos arrastrará a una miseria aguda desde ahora previsible.

Claro que si la visión política de fondo es que haya más pobres para seguirlos ayudando y manipulando, entonces sí están los de Morena y su guía en lo correcto…rumbo a una dictadura.

Frente a la crisis sanitaria, tan grave y la amenaza de un absolutista control financiero desde el poder,  los ciudadanos libres, conscientes y por supuesto responsables, tenemos la obligación de ejercer, pero ya, no cuando sea tarde, nuestros derechos principales, a la vida, a la subsistencia y a la democracia que nacen de la libertad.

DA
 

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