Los Reyes Magos fueron causantes de lo que se supone el primer gran embotellamiento del año sólo en parte del Centro de San Francisco y Purísima, y es que la venta de juguetes salió hasta las banquetas y algunas calles.
No importó si era el Centro o la zona de principal comercio, la venta de juguetes para llenar el ojo de Reyes o de niños estuvo en todas partes, algunas partes con más comercio, otras con menos densidad, pero hubo para buscar juguetes donde más conviniera.
Era preferible salir a pie o en bicicleta, aunque elementos de Tránsito estuvieron dando vialidad en la zona más complicada de comercio desde temprana hora y hasta la madrugada.
Circular en el día previo a la llegada de Reyes representó el destacable de gente con bolsas negras rellenas de juguetes.
Incluso cargando carros especiales para los bebés, bicicletas o estuches completos de juguetes requeridos en las cartas del Día de Reyes.
Llegar de un lugar a otro en vehículo requirió de más de media hora mínimo, entre pasar de la zona del mercado a la Zona Peatonal por ejemplo, porque implicaba dar más rodeos por las calles cerradas, porque aparte se juntaban calles con igual rumbo de circulación, y esto generaba en estos lugares que se concentrara en mayor tiempo la espera para poder pasar en turno.
Esporádicamente hubo comercio en calles que no eran propiamente comerciales, o donde a lo largo del año son simplemente viviendas, ahí también salieron a vender juguete en la vía pública, así que los Reyes pudieron comparar precios, que al final por unos pocos pesos era la diferencia, y lo mismo fueron y vinieron a Purísima que a San Francisco en busca del juguete.
Finalmente y como los Reyes Magos suelen andar por las calles a partir de la media noche, fue igualmente como otros años la hora de gran movilidad de Reyes para un caso y otro, siempre a pie principalmente o con vehículos lejos de la zona de consumo.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *