En Hidalgo las campañas son un reflejo de la estrategia de los candidatos a la presidencia de la República, los aspirantes a senadores, diputados federales y locales, se encuentran obligados a seguir a pie juntillas el manual de marketing.
Dos de los candidatos presidenciales han optado por deslindar su imagen de los emblemas con los que se identifican a cada uno de las organizaciones políticas que representan. En nuestro estado podemos apreciar como sus respectivos logos han sido sustituidos, el más evidente es el de la campaña de José Antonio Meade, candidato de la coalición Todos por México, los logos de los partidos que integran la coalición, PVEM, NUEVA ALIANZA y PRI fueron sustituidos por tres triángulos de color verde azul turquesa y rojo.
De igual manera en la campaña de Ricardo Anaya, candidato de la coalición Por México al Frente, conformada por el PAN, PRD Y Movimiento Ciudadano, utiliza su apellido ANAYA con un tercio de colores que refieren a los partidos que integran la coalición, pero al contrario de la campaña del priista Meade, si agrega de manera minúscula los logos de los tres partidos.
Acción encaminada a disminuir la correlación partidista con el candidato y el rechazo ciudadano alos partidos políticos, varias encuestas dan cuenta ya de ello. En la campaña de López Obrador, el logo de MORENA es la figura principal en la coalición Juntos Haremos Historia, que constituyen el PT, PES Y MORENA.
Las campañas de los candidatos a senadores, y diputados federales han pasado en general desapercibidas por la sociedad hidalguense, ya sea por el periodo vacacional o la indiferencia ciudadana hacia las campañas políticas.
Las reglas no escritas de las campañas, como zonificar, como mejor estrategia para darse a conocer, dormir en el municipio, para enterarse de los principales temas, hacer contacto con la prensaregional y las imprescindibles reuniones con la clase política local. Son sólo unas de las muchas tareas diarias para asegurarse la simpatía de la población.
Pero falta organización, no terminan aún de cohesionarse los equipos de campaña con la estructura partidista. Situación que da pie a que las oficinas de los candidatos se abarroten de agoreros de la mercadotecnia, de las redes sociales y de operadores electorales con dudosa reputación.
La mejor campaña no es la que controla a los medios o la que expone más al candidato. El publicista Antonio Sola lo puntualiza así, “El ganador será el que administre mejor la ira, esa fatiga que sienten los mexicanos con el sistema político”. Deben darle salida con propuestas aterrizables y casi inmediatas, que logren sanar ese enojo en común de los ciudadanos.
Los candidatos en Hidalgo deben hacer una introspección de las principales inquietudes del electorado, deben de dotar de causas y propósito su discurso. El error más grave en el que pueden incurrir, es no escuchar.
El mensaje debe ser inspiracional, en política lo que se ve cuenta y se cuenta.
Pero, sobre todo deben evitar, se propaguenrumores, el escenario actual es tierra fértil para su generación. Y la única forma de evitarlo escomunicando a tiempo. Porque el chisme y el rumor constituyen fuentes importantes de la información de la que dispone el ciudadano. Existe una predisposición de la sociedad a aceptarlo y propagarlo.
Y en los war room, tienen siempre presente el principio del carbón, que dice “si no quema, al menos tizna”.
Twitter: @David_Tenorio