Fue como a las 7 de la mañana cuando simpatizantes del partido Morena arribaron a la sede del Congreso de Hidalgo para bloquear, con cadenas, candados para bicicletas y hasta mecates, los seis accesos al recinto legislativo.

Tapizaron los barandales con cartulinas fluorescentes con mensajes de protesta como: “No entendieron el mensaje de la sociedad del 1 de julio”, “El Congreso debe de sesionar a favor de la sociedad. ¡No a las leyes a modo!”.

A toda costa buscaban impedir que se llevara a cabo la última sesión ordinaria de la LXIII Legislatura.

Sin embargo, antes de las 7 de la mañana se habían cerrado las puertas de ‘La Casa del Pueblo’, por seguridad, dejando fuera a los diputados de Morena, quienes, en un afán de impedir el aval de las reformas y acuerdos, temerariamente brincaron por los barrotes metálicos, tal como lo hizo Simey Olvera Bautista.

Para esa hora, el Congreso de Hidalgo estaba resguardado por 250 policías estatales que desde las alturas observaban sigilosamente los movimientos de los manifestantes gracias a un dron que se compró el año pasado.

Todo estaba en calma hasta que un grupo de manifestantes se coló al patio de forma inesperada e intentó meterse a la Torre Legislativa. Ahí se dio el primer encontronazo que dejó como saldo, la puerta de acceso principal zafada y destrozos.


 
DIPUTADOS DEL PRI, PVEM, NUEVA ALIANZA, PRD, PAN y PES SE FUERON EN CAMIÓN ANTIMOTÍN 

A las 13:00 horas inició el operativo para replegar a los manifestantes. Luego de mantenerse discretos, en sus camionetas, los uniformados marcharon en grupo para replegar a los manifestantes. 

La orden era romper el bloqueo para que ingresara los 18 diputados locales del PRI, PVEM, Nueva Alianza, PRD, PAN y PES.

Mientras llegaban los refuerzos de los manifestantes, los diputados Jorge Miguel García Vázquez y Cipriano Charrez Pedraza, intentaban dialogar con los uniformados: “Entiendan, somos diputado locales, así que no nos aviente”, les expresaban.

Pese a los argumentos, el despliegue inició. El grupo de manifestantes intentó cerrar el paso a los uniformados, atravesando dos vehículos que, al final, no fueron obstáculo para el grupo 60 granaderos que lanzaron bombas de gas lacrimógeno y piedras para responder y replegar a quienes protestaban.

USABAN LAS MANOS COMO JÍCARA PARA ECHAR CHORROS DE COCA COLA EN LOS OJOS
Los manifestantes usaban las manos como jícara para echar los chorros de Coca Cola y aliviar la picazón y ardor en los ojos que ocasionó el gas lacrimógeno de cuatro bombas que lanzaron a civiles, esa tarde del 31 de julio, policías antimotines de la Secretaría de Seguridad de Hidalgo.

Algunos aún corrían para escapar de la nube blanca que dejó el químico en el ambiente: “como ustedes sí tienen con qué… nos golpean. Nosotros estamos desarmados y nos avientan gas lacrimógeno, ¿por qué?, si ustedes también son pueblo…”, preguntaba una veterana mujer, entre su catarsis, a un policía estatal que bajo una capucha negra, un tolete y un escudo antimotín, formaba un cerco que impedía el paso de los manifestantes.

En menos de cinco minutos los uniformados habían dejado el camino libre para que diputados locales ingresaran al recinto legislativo de Hidalgo, quienes, a final de cuentas, cambiaron sede para poder aprobar, la tarde-noche de ayer, las reformas. 

“Bajen a la Sierra de San Bartolo… o a la Huasteca hidalguense, ahí verían lo que es ‘amar a Dios en tierra ajena”, no se vale. El pueblo sin armas y, todavía, pegándole a una pobre mujer, el comandante todavía la dejó tirada… eso no se vale”, gritaba un hombre ante la impotencia de ver el uso de la fuerza pública.

La mujer mencionada era la diputada local electa de Ixmiquilpan (Lucero Ambrocio), quien no logró escapar del lugar y fue golpeada por policías estatales, quienes al enterarse del cargo de la representante popular, la dejaron tirada en el suelo.

Fueron habitantes de Ixmiquilpan quienes regresaron por la diputada electa, la cargaron y la depositaron debajo de un árbol. Le echaban agua en los ojos, los cuales tenía rojos e hinchados por el humo.

Los servicios médicos de la Cruz Roja tardaron 20 minutos en llegar, pese a que la sede de esta organización está cruzando la carretera México-Laredo. En el lugar quedaron algunas bombas que aventaron los uniformados.  

EL SALDO FUE DE NUEVE HERIDOS 
Tras el despliegue policiaco, el saldo fue de nueve personas lesionadas, de las cuales, cinco fueron manifestantes y requirieron atención médica, además de cuatro elementos de seguridad.

Ante estos actos, el dirigente de Morena en Hidalgo, Abraham Mendoza Zenteno, anunció que se interpondrán las denuncias correspondientes por “exceso de la fuerza pública y lesiones”, e iniciarán una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH).

PREPARAN MARCHA EL JUEVES 
Finalmente, anunciaron que este jueves realizarán una marcha en Pachuca con simpatizantes de Morena de todo el estado.

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