El etiquetado para alimentos que promueve la Secretaría de Salud para contribuir en el combate a la obesidad presenta inconsistencias y no mejora la información al consumidor, señalaron especialistas.
La propuesta de decreto oficial plantea que los productos deberán señalar en el área frontal el contenido energético total que el producto aporta expresado en kilocalorías o calorías y no sólo por porción, como ocurre ahora.
Sin embargo, para Simón Simón Barquera, director del área de investigación en políticas y programas de nutrición del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS), la propuesta de etiquetado no asegura que la información sea clara.
Señaló que no se debe sólo cambiar estéticamente un empaque, sino mejorar el producto para que sea más saludable.
Además consideró que debe garantizarse que el etiquetado no lo determinará la industria, lo que hasta el momento no se precisa en el anteproyecto.
Adelantó que el grupo de expertos en nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) que encabeza, recomendarán que se eliminen leyendas como “sin sodio”, “adicionado con vitaminas” sean retirados de los empaques.
“Puede ser un producto chatarra y ponen adicionado con ocho vitaminas”, explicó.
Propuso además que los criterios que se establezcan sean revisados de manera transparente.
Actualmente, los etiquetados llamados GDA, como el que impulsa la Secretaría de Salud, indican azúcares totales, grasas saturadas, otras grasas, sodio, kilocalorías y número de porciones.
De acuerdo con Cecilia García Shinkel, directora de International Life Science Institute (ILSI), asociación internacional cuya misión es contribuir a mejorar la salud pública, estos etiquetados son insuficientes pues no precisan el contenido de grasas trans, que son dañinas para la salud.
Detalló que la propuesta busca separar las grasa saturadas, de las “otras grasas”, porque se identifica a las primeras como no saludables, cuando el segundo grupo puede contener las grasas trans, que se ha demostrado que no son benéficas para el organismo.
Asimismo, el proyecto no cumple con las recomendaciones de la OMS en cuanto al porcentaje de grasa y azúcar en la dieta, poniendo unos estándares más laxos.
Propuso quitar de todos los alimentos empaquetados cualquier tipo de sellos.
“Necesitamos hacer una limpieza de los empaques, que agregan características adicionales a los productos, sin que se confirme que las tengan”, dijo.
Acusa IP discriminación
El anteproyecto de decreto de etiquetado propuesto por el Ejecutivo también es rechazado por industriales que advierten discriminación.
Jorge Castañeda, director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolates, Dulces y Similares, lamentó que se trate de estigmatizar a productos de chocolate y confitería al categorizarlos de manera especial fuera del ámbito general de los alimentos, indicó.
Criticó que la autoridad atribuya buena parte de la obesidad a los chocolates y confites y por ello se pretenda dar una regulación distinta a estos productos.
Sin embargo, dice, los hábitos de consumo de estos productos no representan un riesgo real para la problemática de la obesidad, pues sólo el consumo per cápita anual de productos de confitería reportado por diversas fuentes alcanza los 4.6 kilos, lo que representa 12.6 gramos diarios, representando un aporte calórico no significativo para la dieta, calculó.