Cristina Pacheco aceptó hablar y comentar ante los medios de comunicación sobre las horas previas a que José Emilio Pacheco, su esposo, entrara en estado de inconciencia.
Ante la presión y el ajetreo de los medios por tener sus palabra, Cristina Pacheco dijo: “No estoy hablando de futbol, ni de un concierto de ‘Lucerito’, estoy hablando de una persona maravillosa a la que no volveré a ver. Ahí al lado está una persona a la que voy a ver hoy por última vez”.
Cristina Pacheco informó que luego de que el escritor se cayera en su casa el viernes, y se golpeara la cabeza, ella le dio una pastilla para el dolor y una para dormir la noche del viernes. Más tarde le propuso ir al hospital o llamar al médico, pero el escritor le respondió que “no por un tonto dolor de cabeza iría al hospital”.
Pero a la mañana siguiente José Emilio ya no despertó, estaba inconsciente.
Ella llamó a su médico cuando descubrió que las palmas de las manos de José Emilio eran de un color azul, lo trasladaron al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, donde dos neurocirujanos diagnosticaron que de llevarlo a cirugía tenía un 95% de probabilidades de que quedara en estado vegetativo. Ni ella ni sus hijas aceptaron.
“Jamás yo le hubiera hecho eso a Emilio. Ni siquiera para tenerlo en mí, en mi casa y poderle tocar la mano”, expresó.
José Emilio Pacheco murió este domingo, a los 74 años, por un paro cardiorrespiratorio tras la caída sufrida dos días antes.
“Se fue quedando dormido. Dormido en el silencio de su poesía”, dijo.
Deja  mucho  material
La periodista que compartió la vida con el poeta y narrador aseguró que José Emilio dejó muchísimo material, que estaba lleno de vida y de planes. Dijo que afortunadamente ella trabajaba con él en casa y hacerlo fue una lección de vida y de trabajo.
“Quedaron las notas, los cuadernos, los tiene terminados, pero él, como siempre, quería repasarlos; pero son notas muy largas, fascinantes y preciosas, tan preciosas como los propios ‘Cuartetos’”, señaló Cristina Pacheco, quien enfatizó la enseñanza que dejó a su familia y a todo los mexicanos de amar este País y vivir la vida.
“El mejor homenaje a José Emilio Pacheco será leerlo y respetar a México como él lo respetó.
“Nos enseñó que hay que amar a este País, que hay que respetar a las palabras porque, si uno respeta a las palabras, respeta todas las cosas”, afirmó.
Pacheco informó que el escritor será cremado, como era su deseo.
“Él no quería quedarse encerrado, tenía claustrofobia y estaba pensando en un lugar especial, que para él era muy importante, que es Veracruz.
“Teníamos planes que podrían durar mil años, queríamos vivir juntos toda la vida y eso implicaba también morir juntos. Me siento sorprendida, desconcertada, no puedo entenderlo. Siento mucha rabia y mucha desesperación. No encuentro la palabra. No es dolor, no es coraje, pero es algo que me invade, me paraliza y que me obliga a pensar: ‘voy a tenerme que acostumbrar a vivir con él en la ausencia y en silencio’”, dijo.

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