Una semana de temperaturas bajo cero a inicios de diciembre arrasó con aproximadamente una cuarta parte de los cultivos de cítricos de California, una industria de 2.000 millones de dólares, estimó el lunes un grupo del sector.
California Citrus Mutual dijo que los daños se centraron en el Central Valley, donde aproximadamente 441 millones de dólares en mandarinas, naranjas y limones se perdieron durante siete noches consecutivas de heladas en diciembre.
Los consumidores muy probablemente van a ver al menos un leve incremento en los precios de las naranjas y esperar una temporada citrícola más breve en California, dijo el grupo.
“Es una pérdida significativa, pero mayormente va a afectar las ganancias de los productores”, dijo Bob Blakely, director de relaciones industriales para California Citrus Mutual.
Las temperaturas cayeron a cerca de 5 Celsius (cerca de 20 F) durante la helada, forzando a los productores a emplear irrigación y generadores de viento para empujar aire caliente por los campos. El frío puso en peligro además otros cultivos, como lechuga y aguacate.
La cosecha de mandarinas sufrieron especialmente, porque esa fruta tiene una cáscara más fina que otros cítricos, lo que la hace más susceptible al frío.
California Citrus Mutual dijo que aproximadamente 20% de la cosecha de mandarinas ya había sido recogida cuando llegó la helada, pero 40% de los cítricos restantes —150 millones de dólares — se perdió. La cosecha de naranja navelina sufrió pérdidas de 30%, por un valor de 260 millones de dólares, dijo el grupo. Aproximadamente 24 millones de dólares en limones se perdieron.
El grupo estimó que los productores de cítricos se gastaron 49 millones de dólares para proteger las cosechas hasta inicios de enero.
La vasta mayoría de los cítricos de California son consumidos como fruta, no en jugos, por lo que la pérdida no afectará el precios de los jugos, dijo Blakely.
Adicionalmente, la industria teme que los precios suban demasiado, dijo Joel Nelsen, presidente of California Citrus Mutual.
Los precios subieron considerablemente tras una helada en el 2007, recordó Nelsen. El resultado fue mayor competencia de productores foráneos y un cambio de los consumidores a otras frutas.
“No queremos perder espacio en los estantes, ni el foco de los consumidores en los cítricos californianos”, agregó. “No queremos perder los hábitos de compra. No tenemos la opción de recuperar todo lo que se perdió”.
Los granjeros tienen seguro de cosechas, dijo Nelsen, pero es improbable que cubra todas las pérdidas.

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