Cualquiera que haya estado preocupado de cómo le iba a ir a Bruno Mars en uno de los más grandes escenarios del mundo, claramente no había visto nunca al joven astro del pop cantando en vivo.
Eso sin duda cambió el domingo por la noche, cuando decenas de millones atestiguaron de primera mano por qué es uno de los artistas más emocionantes.
Mars, de 28 años, trajo su enérgico espectáculo al medio tiempo del Super Bowl, creando lo que se sintió como un show íntimo en la arena y agrandándolo en lo que se ha convertido un momento decisivo para quienes le antecedieron en la lista de artistas que se han presentado en la gran final de la NFL.
El cantante ganador del Grammy borró cualquier vestigio de duda desde el momento en que apareció en la pantalla con una chaqueta dorada casi tan deslumbrante como su sonrisa. Interpretó con aplomo un impresionante solo de bacteria mientras atravesaba el campo en una plataforma elevada motorizada, y una vez en el escenario se unió a su extraordinaria banda para cantar una serie de éxitos en vivo. Entonces integró sin interrupciones a su espectáculo a los Red Hot Chili Peppers.
“Hubo muchos incrédulos y mi amigo cumplió”, dijo el comentarista de Fox Howie Long tras la actuación.

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