De un 15 a un 20% han aumentado los empeños en la ciudad.
Gente que acude a las casas donde dejan sus cosas por un poco de dinero, señalan que es para poder realizar algunos pagos de inicio de año, a pesar del interés dicen, esperan recuperar sus pertenencias.
El año pasado se realizó un operativo en donde se cerraron varios de estos lugares por no contar con los permisos necesarios.
El Centro de Celaya, así como en las periferias, son muchos los negocios de casas de empeño que existen y que en esta época del año son visitadas por aquellos que no previeron los gastos de este principio de año.
“Se incrementan los artículos que nos traen en un 15% más o menos, de los aparatos que más nos dejan son pantallas, teléfonos celulares, estéreos, computadoras portátiles.
“La mayoría de la gente que deja sus cosas regresa al mes por ellas o para hacer su refrendo, pocas las dejan, aunque con los celulares, esos casi siempre se quedan para la venta una vez que termina el plazo del préstamo y no regresan a refrendar”, dijo el encargado de una casa de empeño en el Centro de la ciudad de Celaya.
De pequeños artículos hasta refrigeradores, estufas, bicicletas y otros aparatos son los que se observan en las llamadas casas de empeño.
“Yo dejé mi celular, ahorita surgió un asunto urgente por pagar y se necesita el dinero, es lo bueno que sí hay dónde empeñar las cosas porque sacan del apuro a uno en su momento, aunque ya después nos cobran intereses”, dijo la señora Juana Lucía Chávez.
Otros más aceptaron haberse excedido en los gastos de las fiestas del fin de año pasado y por eso acudieron a llevar cosas para intercambiarlas por dinero y así salir del problema.
“Como buenos mexicanos no escatimamos en gastos, ahorita traemos una pantalla para lo del Predial y pago anticipado del agua de todo el año, pero el dinero va y viene, lo importante es pasarla uno bien con la familia. Cada diciembre se gasta mucho en las fiestas, pero ni modo, hay que reponer todo lo que se gastó y esperamos ya entrando febrero regresar por nuestra tele”, dijo el señor Francisco Javier Ramírez mientras llevaba su aparato.
Aunque aún no se regula el costo de los intereses cobrados por prenda empeñada, éste sigue siendo un negocio que va en aumento, al menos en la ciudad.

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