Después de una semana en la que se publicaron cartas abiertas de acusaciones y negaciones de abuso sexual infantil en las páginas de opinión de un diario pocas cosas han quedado en claro, lo que casi anula las esperanzas de una solución en una saga encarnizada que ha atormentado a Woody Allen y a la familia Farrow por más de dos décadas.
El vaivén entre Allen y su hija adoptiva, Dylan Farrow, azuzó un escándalo que lleva mucho tiempo latente, pero no se sabe qué sucederá a continuación.
Farrow, en su recuento más detallado hasta la fecha, alegó en una carta abierta publicada el 1 de febrero en el New York Times que Allen “abusó sexualmente ” de ella cuando tenía 7 años en el hogar de la familia en Connecticut, retomando una acusación contra el director de cine hecha por primera vez en 1992.
Allen respondió en una carta publicada el viernes por la noche en el portal de Internet del Times, en la que insistió en que “por supuesto no abusé de Dylan”. El cineasta agregó que la joven Dylan ha sido objeto de presión y engaño por parte de su madre, Mia Farrow. La pareja se separó después que Farrow descubrió que Allen mantenía una relación con su hija adoptiva Soon-Yi Previn, que en ese entonces tenía 19 o 21 años (se desconoce su fecha de nacimiento).
“Adoré a (Dylan) y espero que algún día ella entienda que le han quitado la posibilidad de tener un padre amoroso y ha sido explotada por una madre más interesada en su propia ira que en el bienestar de su hija”, dijo Allen, que se casó con Previn en 1997 y que tiene dos hijas adoptivas con ella.
Mia Farrow no ha hecho comentarios sobre la carta de Allen. Los representantes de Farrow no respondieron a mensajes dejados el viernes por la noche y el sábado.
Allen terminó su carta declarando que esas serían sus “últimas palabras sobre el tema”.
Pero el debate desencadenado por las acusaciones de Dylan Farrow probablemente seguirá generando dudas sobre el supuesto abuso, sobre cómo se manejan en público las acusaciones de abuso sexual y el legado del aclamado trabajo de Allen como cineasta.
A Farrow no le sería fácil acusar penalmente a Allen. Farrow vivió en Connecticut hasta los veinte y tantos años y tuvo tiempo suficiente para presentar caros. Pero ahora tiene 28, está casada y vive en Florida. En 2002 Connecticut extendió la fecha límite a los 48 años de edad para los cargos de abuso sexual, pero sólo en casos de delitos cometidos a partir de la fecha en que se hizo el cambio. Se pueden tomar en cuenta excepciones en casos más serios de delitos sexuales.

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