El primer pensamiento del ser humano al momento de nacer es la necesidad de buscar un objeto con el cual formar una relación, ya que la libido se apoya en la satisfacción de las necesidades y elige como primeros objetos a aquellas personas que intervienen en ellas.
La pareja se une para construir un vínculo propio y funcionar según su propia organización. Winch (1972) en su teoría de complementariedad explica que la elección de pareja se articula alrededor de ejes bipolares complementarios, los cuales pueden ser inconscientes o conscientes. La presencia de una característica complementaria en una persona impulsa al otro a buscar la particularidad antagónica en su futura pareja, sin que haya puntos de equilibrio o intermedios.
Actualmente vivimos en una dinámica donde la vida pasa muy rápido, donde el tiempo no rinde a causa de múltiples “roles” que se cumplen; sin embargo, a la hora de buscar una pareja lo que principalmente se busca, en la otra persona, es lo que uno no tiene, además de muchos otros aspectos que, de acuerdo a la historia y la personalidad de cada uno, son diferentes.
Se habla de que existe una necesidad por buscar afinidad en la pareja, la cual se manifiesta en forma de mecanismo de defensa y de reafirmación a través del otro, acorde a lo que uno es. El amante descubre en el amado una gran complementariedad, ella o él es todo lo que hubiera deseado llegar a ser. En él encontramos una parte de nosotros mismos, reprimida o sublimada.
No obstante, existen diferentes tipos de amor en la pareja:
1) Amistoso: El amor que se da entre estas parejas se basa, principalmente, en la comprensión y entendimiento. En muy poco tiempo se hace un vínculo muy fuerte, lo que hace que estas personas aseguren haber encontrado al amor de su vida. Esta relación se hace cada vez más fuerte por la comprensión que existe entre ambas partes.
2) Altruista: Principalmente en este tipo de relación es una de las partes la que representa el objeto altruista y la manera de demostrar su amor es haciendo todo lo que se pueda con su pareja, se entrega totalmente, antes de buscar satisfacer cualquier necesidad propia. Busca satisfacer a su pareja hasta tal punto que la otra persona es más importante que él mismo.
3) Erótico: Estas parejas se basan en la atracción física pero, principalmente, en la parte sexual. Buscan, en todo momento, la consumación sexual, sienten un gran deseo y placer sexual por su pareja. Se atraen de manera incondicional y buscan constantemente tener intimidad.
4) Maníaco: Se trata de una forma obsesiva, celosa y vigilante de amar a la pareja. El que actúa de manera maniaca supervisa constantemente todo lo que hace la otra persona; siente celos por cualquier cosa, por mínima que sea y siempre que tiene la oportunidad, le “pide cuentas” de todo lo que hace.
5) Lúdico: Esta persona percibe el amor como un juego, algo momentáneo, sin compromiso, sin más interés que el de pasar un rato agradable. Para estas personas lo más importante es poder “compartirse” con más de una persona, por lo que su mayor logro es tener muchas parejas y se justifica argumentando que “sólo se vive una vez”.
6) Pragmático: Estilo conveniente donde el individuo crea una relación amorosa en función de que la pareja cubra un perfil específico. Se basa, principalmente, en evaluar la inteligencia de su pareja. Para esta persona el elegir una pareja requiere de una gran planeación.
7) Platónico: En este caso el amante es la única persona interesada en el amor de pareja y la otra persona no está enterada del amor que existe hacia él. Este tipo de amor se caracteriza por sentir interés por otra persona, generalmente, inalcanzable.
8) Narcisista: En esta relación el que funge como narcisista busca únicamente la satisfacción de sus necesidades, busca su conveniencia y su estabilidad, sin tomar en cuenta las necesidades de su pareja.
9) Ideal: En esta relación se busca que el vínculo con el otro sea perfecto, que no exista ningún problema, que todo el tiempo estén felices, sin que nada les cause conflicto.
Finalmente, es importante señalar que los hombres y mujeres tienen formas diferentes de percibir el noviazgo. Parece ser que los hombres están más preocupados por la relación corporal y por la atracción física tanto en él, como en su pareja, inclinándose a aspectos de autoafirmación o seguridad, a conductas destinadas a la ejecución y logro de metas y a lo racional o analítico. Sin embargo, las mujeres tienden a dar mayor importancia a las características de orden socioeconómico, intelectual, expresivo, preocupándose por el bienestar de otros y por las relaciones interpersonales afectivas.

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