El Arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras, invitó a los jóvenes a no tener miedo a entregar su vida al sacerdocio.
“Que no tengan miedo de entregar su vida a Dios y, por lo mismo, a los demás; que vale la pena, es una gracia y es una alegría tan profunda de nuestra vida, el dar nuestra vida con los demás”, invitó Monseñor durante una entrevista otorgada después de la misa dominical.
AM publicó el sábado que León enfrenta un déficit de sacerdotes.
De acuerdo con el Anuario Estadístico de la Iglesia, en León hay asignados 155 sacerdotes diocesanos para una población de un millón 349 mil católicos.
A cada sacerdote le toca atender, en promedio, a 8 mil 703 feligreses.
Ante estos números, el Arzobispo aceptó el déficit de evangelizadores, y por ello explicó que los sacerdotes de la tercera edad se ven en la necesidad de seguir trabajando por la falta de curas.
“El sacerdote nunca deja de ser sacerdote, dada muchas circunstancias que no tenemos muchos sacerdotes, algunos hermanos están muy ancianos, incluso unos de 90 años trabajando todavía; nunca dejan de ser sacerdotes, aunque tienen ya el derecho de descansar”.
Agregó que el déficit de sacerdotes se debe a la falta de evangelización y acercamiento a la religión desde las familias.
“La vocación, no la profesión, que es darle sentido duradero profundo a nuestra vida como es la vocación al matrimonio, a la vida religiosa, al sacerdocio.
“En las familias se ha debilitado la transmisión de la fe, cuando en la familia no nos educan en la sabiduría, la sabiduría es tener sabor, tener capacidad de saborear las cosas espirituales”, resaltó Cortés Contreras.
‘La Iglesia no es aburrida’
Tiene 19 años y no va a la universidad ni conoce los bares de la ciudad. Pero sí recuerda que desde pequeño ha tenido sola una meta: ser sacerdote.
A David de Jesús Mares todavía le faltan siete años para unirse al ministerio diaconal y uno más para ser cura.
Y más que celebrar una misa, busca cambiar la mentalidad de los jóvenes.
“El sacerdocio se entiende como esa entrega desinteresada hacia la gente. Creo que es necesario que se quite esa ignorancia, de que la Iglesia se presenta como aburrida”, contó ayer durante su visita de servicio a la Catedral Metropolitana de León.
El seminarista comentó que la educación en su familia comenzó a darle esa “espinita” de dedicarse a la evangelización.
“Siempre tuve esa inquietud hacia la Iglesia desde niño, hay quienes se interesan por la electrónica, por la tecnología; siempre hubo ese deseo en mí, claro que era como un anhelo un tanto lejano, después va pasando el tiempo y se concreta más en ese sentido, hago esta opción personal; veo que es una opción que vale la pena, con temores, pero esperanza”.
Pero el objetivo lo tiene claro; dijo que se requiere una Iglesia diferente y que llame la atención de los jóvenes.