Esperanza y alegría, aún dentro de las dificultades que vive actualmente el municipio, fue el mensaje de José de Jesús Martínez Zepeda en la celebración de los 10 años de su llegada como Obispo de la Diócesis de Irapuato y en el marco de la celebración de la fundación de Irapuato.
El Obispo señaló que ha notado un crecimiento y evolución en el municipio, con altibajos y con triunfos, sin embargo, dijo aún quedan asuntos por resolver como la imagen urbana, situaciones de violencia e incluso atender la prostitución que se da a un costado de la Catedral.
“En esta misma alegría y esperanza de los 10 años le damos gracias a Dios, por un soplo a la vida, por lo que pudimos hacer, pido perdón por lo que pudimos haber hecho y no lo hicimos”, advirtió.
Señaló Monseñor que así como comparte la dicha de vivir en Irapuato, también le duele ver situaciones que afectan al municipio, pues hay programas de Gobierno que se anunciaron y no se llevaron a cabo en este tiempo.
“A lo mejor soy desesperado, quisiera que los programas que se anuncian se pusieran en práctica y se pusieran adelante (…) me duele en la piel, yo no sé donde está ese esfuerzo”, dijo.
Martínez Zepeda comentó que hay descuido en áreas de la imagen urbana, pues el arreglo de las calles, el graffiti por el Centro Histórico y el asentamiento de la prostitución a un costado de la Catedral, hacen ver mal a la ciudad.
Señaló que en el área de la prostitución, la Iglesia debería entrar a predicar, para evitar que crímenes y complicidades entre interesados continúen creciendo, cuestión que a su parecer no ha sido resuelta por las autoridades.
Enfatizó que la rehabilitación moral de los ciudadanos es la más importante, pues no se puede quedar sólo en palabras, se debe trabajar para que la ciudad se consolide en el estado.
Combatir la violencia, un reto
El Obispo señaló que es un reto atender la violencia que se vive actualmente en el municipio.
Consideró que la violencia que se vive es consecuencia de los sucesos que han opacado al País en los últimos 10 años, cuestión que debe ser atacada no sólo por las autoridades de Seguridad, del Estado y el País, sino también a la ciudadanía.
“Es uno de los grandes retos con los que estamos trabajando, la violencia es un reto de México en por lo menos 10 años”, comentó.
Martínez Zepeda indicó que hay factores que juegan un papel importante, como el llamado “efecto cucaracha” o el contagio de violencia por la cercanía que Irapuato tiene con Michoacán.
Comentó que muchas veces la falta de oportunidades obliga a los jóvenes delinquir, a consumir drogas, así como llevarlos a promover de manera inconsciente la violencia en la sociedad.
Obispo cumple 10 años en la Diócesis
Considera Monseñor Martínez Zepeda que esta década en Irapuato ha transcurrido entre algunos altibajos y con triunfos