La construcción del campus de la UNAM les abrió una oportunidad de ingresos a don Pedro Alcaraz, a Epifanio Meza y a Francisco Guerrero, quienes acondicionaron seis cuartos de sus casas en la comunidad Los Tepetates para rentarlos a estudiantes foráneos.
Luis Heriberto Contreras construyó un edificio de tres pisos, con ocho departamentos, justo a un costado de la UNAM, y doña Francisca Romo Ramírez construyó cuatro cuartos en la comunidad Los Arcos con la ayuda de su esposo y su hermano, para albergar a alumnos universitarios.
Todos ellos se vieron beneficiados con el arribo de estudiantes de otros municipios o de otros estados.
De acuerdo con la Comisión Estatal para la Planeación de la Educación Superior (Coepes), en León hay más de 30 mil estudiantes universitarios, de los cuales 22 mil están inscritos en planteles particulares y alrededor de 8 mil en escuelas públicas.
Según estimaciones de los propios planteles, al menos una tercera parte de esos estudiantes son foráneos.
Lo anterior significa que más de 10 mil jóvenes de otras ciudades han elegido a León para estudiar en las más de 60 instituciones de nivel superior que ofrecen una variedad de 128 carreras.
En promedio, cada alumno foráneo gasta a la semana 1,200 pesos en transporte, alimentación y hospedaje, de acuerdo con un sondeo realizado por AM con 100 estudiantes de distintos planteles tanto públicos como privados.
La derrama económica que generan estos estudiantes supera los 12 millones de pesos semanales y más de 600 millones al año.
Tan sólo en la Universidad de Guanajuato, Campus León, dos terceras partes de sus estudiantes son foráneos. De 3 mil 16 alumnos de licenciatura, poco más de dos mil son originarios de otras partes de la República, aseguró un reporte de la coordinación de Comunicación.
En el Campus León de la UNAM hay una matrícula de 637 alumnos, de los cuales 356 son de León, 151 de otros municipios de Guanajuato y 130 de otros estados.
En la Universidad Iberoamericana de León, de 2 mil 290 alumnos del semestre pasado, 723 eran foráneos, lo que equivale a un 31.57% de su matrícula.
Asimismo, la Universidad De La Salle, campus Campestre, reportó que la matrícula total de alumnos a nivel licenciatura del último ciclo escolar ascendió a 6 mil 800 alumnos y de éstos el 45% eran de otros municipios o estados, inclusive de otros países.
Los voceros de la UNAM León y de la Ibero coincidieron en que las ciudades de donde más estudiantes llegan son el Distrito Federal y el Estado de México.
Aunque en los planteles consultados por AM se localizó a estudiantes de otros 22 estados, incluidas las entidades más alejadas, como Yucatán y Quintana Roo.
‘Saco un dinerito extra’
Pedro Alcaraz trabajó por 38 años en una empresa refresquera, y cuando ésta quebró se fue a Estados Unidos a buscar empleo.
Decidió regresar a su tierra natal hace cuatro años, cuando iba a iniciar la construcción de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de la UNAM en la comunidad Los Tepetates.
La nueva universidad iba a quedar a espaldas de su casa, por lo que decidió acondicionar dos cuartos que habían desocupado sus hijos cuando se casaron, para rentarlos a estudiantes.
“La casa estaba ya sola, aquí vivo con mi esposa, mi hija y mi yerno, pero tenía esos dos cuartos y cuando empezaron a llegar estudiantes a preguntar, fue cuando decidí rentarlos para poder sacar un dinerito extra”.
Don Pedro, de 78 años de edad, se mantiene con el dinero que le mandan sus hijos desde Estados Unidos y con lo que obtiene de la renta de los cuartos a estudiantes.
A un costado de su casa tiene un terreno en el que sembraba papa y lechuga, y aseguró que han llegado empresarios a hacerle propuestas para fincar.
“Me han caído empresas de México que me dicen que ellos construyen y que yo ponga el terreno o que les venda, pero quién sabe qué intenciones traigan, prefiero que esté baldío y conforme pueda ir construyendo”.
Confió en que poco a poco, con sus ahorros y el apoyo de sus hijos, podrá construir más cuartos que le garanticen una fuente de ingresos.
Renta cuartos de sus hijos
En la casa de Francisco Guerrero quedaron desocupadas un par de habitaciones, después de que sus hijos se casaron, y decidió rentarlas.
“Mis hijos se cambiaron cada uno a su casa, entonces le dije a mi esposa, para qué queremos tanto espacio si va a estar vacío, mejor hay que rentarlo”.
En la comunidad Los Arcos, Francisco se ha dedicado a la siembra de maíz blanco y sorgo; el terreno que tiene es amplio y ahí mismo sus hijos han construido sus propias casas y con él vive su esposa y su hijo menor.
Hace seis meses llegó a su domicilio un joven que trabajaba en la obra de la UNAM y preguntó que dónde podría encontrar un cuarto en renta, ya que tenía que quedarse por cinco meses y necesitaba algo cerca y económico.
Fue entonces cuando don Francisco Guerrero decidió rentar el cuarto, el cual estaba amueblado y tenía baño propio.
Francisco considera que lo poco o mucho que pueda sacar con la renta del cuarto le será de gran ayuda para poder pagar las cuentas de la casa y estar más desahogado.
‘Aseguro un mejor futuro’
Epifanio Meza Hernández pidió un préstamo para construir dos cuartos, los cuales renta a estudiantes de la UNAM-León.
“Para empezar dos cuartos, con lo que saco al rentarlos voy pagando el dinero que pedí y voy separando para seguir construyendo”, dijo optimista don Epifanio.
Durante 44 años, don Epifanio ha trabajado de jardinero en la casa del empresario que donó 30 hectáreas para el campus de la UNAM. A pesar de tener un empleo fijo, decidió invertir sus ahorros para garantizar su futuro.
“Más que nada es para tener un ingreso que pueda asegurar mi futuro y el de mi familia. El día de mañana que me quede sin trabajo de ahí saldrá para comer”, refirió.
Consideró que para que los estudiantes se sientan más satisfechos en la zona, es necesario que el Gobierno los apoye en pavimentar las calles de la comunidad, ya que en temporada de lluvia se pone muy mal el acceso.
Invierte ingresos de tienda
A espaldas de su casa, Francisca Romo Ramírez decidió fincar cuatro departamentos para ponerlos a disposición de estudiantes.
Con ayuda de su esposo, su hermano y con los ingresos que genera su tienda de abarrotes, inició la adecuación de su propiedad para distribuir y acondicionar los cuartos.
“Lo hicimos para tener un ingreso extra y así ir mejorando, lo hicimos pensando en otro negocio”, dijo Francisca.
Mencionó que no hay mucha afluencia de estudiantes en la comunidad Los Arcos, debido a las condiciones de las calles, la falta de alumbrado público en los caminos y que se encuentran más alejados de la escuela; sin embargo, confía que en un futuro se mejore.
Desde que los cuartos estuvieron listos para la renta, fueron ocupados por los trabajadores que participaban en la construcción de la UNAM.
Construye edificio junto a la UNAM
Ocho departamentos distribuidos en un edificio de tres pisos, es el proyecto inicial de Luis Heriberto Contreras, quien desarrolló este concepto pensando en las necesidades de los estudiantes foráneos.
El edificio está ubicado en la comunidad Los Tepetates, a un costado de la UNAM-León. Los departamentos están acondicionados para dos personas y hasta la fecha llevan habilitados cinco, en los otros tres se están terminando los detalles para poder rentarlos.
La idea surgió cuando se enteró de la llegada de la UNAM, ya que tenía el terreno solo y pensó en sacarle provecho y así tener un patrimonio que le pudiera generar ingresos extras en un futuro.
“Considerando que llegan estudiantes que buscan algo cómodo, atractivo, agradable, económico, seguro y que esté cerca de la universidad, por eso decidí invertir en el edificio”.
Convierten un conventoen residencia estudiantil
En la calle 20 de Enero, a un costado del Hospital General Regional de León, se encuentran los “Apartamentos los Altares”, donde hay 56 habitaciones acondicionadas para la renta a estudiantes de la Facultad de Medicina y médicos residentes.
Lo que antes era un convento se convirtió en departamentos familiares, pero hace cinco años, cuando el actual propietario recibió de herencia el inmueble, decidió remodelar el edificio para crea un nuevo concepto de departamentos adecuados a las necesidades de estudiantes y doctores.
“Después de que la casa fue heredada, el actual propietario pensó en hacer algo diferente que cubriera la demanda de estudiantes y doctores de la zona, considerando sus mayores necesidades”, dijo Raquel Ramírez, del área de administración del inmueble.
A pesar de la ubicación, Lucy Lamas –también administradora del edificio- mencionó que la afluencia de estudiantes ha disminuido por los cambios que han hecho en la Facultad de Medicina.
Acondiciona su casa para estudiantes
Hace tres años, José Hernández acondicionó nueve cuartos en su casa para rentarlos a universitarios y doctores.
La idea surgió cuando en ese tiempo José trabajaba de taxista y un día afuera del Hospital General un joven le hizo la parada y le contó que a diario gastaba en promedio 100 pesos para trasladarse de la casa que rentaba a la escuela.
El señor de 61 años le platicó que vivía cerca del Hospital en una casa grande habitada sólo por él, su esposa y su hijo menor. Entonces el joven estudiante le dijo que le rentara un cuarto.
“Desde ese día le renté uno de los cuartos y comencé a pensar en hacer modificaciones a la casa para poder adecuar otros y sacar algo de dinero y aprovechar el espacio que hay en la casa”, relató.
Los cuartos los acondicionó en su casa, en la calle Yurécuaro de la colonia Michoacán.
“El perfil de gente para rentarle es que sean estudiantes o médicos, pero el principal requisito es que no tomen la casa como centro de reunión, por respeto a los que vienen aquí, prefiero tener poca gente, pero respetuosa y responsable”.