Tras 18 meses de ausencia por la pandemia de COVID-19, madres y padres de familia del CBTIS 222 de Pachuca consideran oportuno el retorno a las aulas, pues señalan que la educación desde casa carece de la calidad que da la interacción con los profesores.

El pasado lunes 27 de septiembre los alumnos del quinto semestre del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS) 222 ubicado en el bulevar Felipe Ángeles de la capital hidalguense, regresaron a las aulas de manera escalonada y con filtros sanitarios para garantizar un ambiente saludable.

Este miércoles AM Hidalgo asistió a la institución educativa en busca de la opinión de directivos, pero en ese momento el director Luis Gutiérrez Cortés sostenía una reunión.

Mientras tanto, afuera del colegio uno a uno alumnos y alumnas llegaban y se formaban para esperar el turno de pasar por el filtro sanitario instalado en el acceso al plantel. Pocos eran los padres que acompañaban a sus hijos, quienes observaban atentamente el proceso de entrada.

Entre ellos se encontraba Román Salgado, quien acompañó a su hijo Josué hasta la puerta de la escuela para cerciorarse de que se le aplicara gel antibacterial, toma de temperatura y desinfectante adecuado como medidas de prevención antes de ingresar.

Para Román, quien habita en la colonia Juan C. Doria, a unos cuantos metros del CBTIS, la decisión del regreso a clases presenciales fue la correcta, ya que la educación a distancia carece de calidad y tiene muchos más distractores que impiden la concentración de los estudiantes.

En la casa se distraen con todo, por más que intentamos que cuente con un espacio exclusivo para sus clases, es muy difícil privarlo de todos los distractores. Aquí en la escuela siento que se enfoca un poco más y no está tan disperso”, comentó el padre de familia.

Por otro lado, agregó que la convivencia, con sana distancia, que se mantiene en los planteles educativos entre el alumnado, también beneficia al desarrollo educativo, por lo que en ambos sentidos ve provechosa la asistencia de su hijo.

A Josué, quien cursa el quinto y último semestre de su educación en bachillerato, una de las materias que más se le dificulta, a decir de su padre, es cálculo integral, por lo que el retorno a las aulas le ayudará a que los maestros afinen detalles y el joven estudiante pueda aprobar la materia.

Román Salgado, al igual que otros padres con los que ha tenido pláticas, se encuentra satisfecho con el esfuerzo que hacen autoridades del plantel por garantizar un ambiente sano para sus hijos, aunque reconoce que aún existe incertidumbre debido a que varios estudiantes tienen menos de 18 años, por lo que todavía carecen de vacunas.

En la familia Salgado se dicen afortunados, ya que ni Román, Josué ni su madre han contraído coronavirus, además, los tres ya se encuentran vacunados, por lo que eso influyó para que aceptaran el regreso de los alumnos a las aulas.

Por lo pronto, espera que el estudiante no corra ningún riesgo en la escuela y que el regreso a clases presenciales sea un precedente para una nueva normalidad.

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