El sábado pasado llegué temprano a la central de autobuses de Pachuca y afuera había ya una mesa instalada para promover el ejercicio de revocación de mandato, aunque no le dicen así. “Oiga, joven (con el cubrebocas encima no se dan cuenta del error de llamarme de ese modo), ¿quiere firmar para la RATIFICACIÓN de mandato del presidente?” Ahí pa” la otra, es que llevo prisa, les respondí; aunque sí llevaba, me vino bien el pretexto.
Desde el 1 de noviembre morenistas de todos los resquicios mexicanos andan muy movidos para convencer a la gente de firmarles para que el próximo año, tentativamente en marzo según el INE, se someta a votación la revocación de mandato, que no es revocación porque les conviene decirle ratificación para simular que tal cosa existe e imaginar que todos los que firman lo que quieren es que Andrés Manuel se quede otros tres años, lo cual necesariamente debe ocurrir aun sin consulta, pero el presidente quiere sentir el respaldo ciudadano para irse a dormir sin preocupación.
Habrá que ver si a los morenistas les alcanza para juntar las firmas, aunque lo dudo mucho. En caso contrario, al final pasará lo que López Obrador quiere que pase: su imaginada ratificación a fin de corroborar su legitimidad (que no hace falta) y exacerbar su ego (que hace falta aún menos).
PELEA POR LAS CLASES
Tanto la Secretaría de Salud como la de Educación Pública de Hidalgo dijeron que el 22 de noviembre los municipios faltantes por volver a clases reabrirían las escuelas, pero estas amanecieron cerradas como desde hace meses.
Hace unos días, asociaciones se manifestaron en la capital hidalguense en reclamo porque Hidalgo es la única entidad que no ha reabierto las escuelas en todo su territorio, por lo que exigen reanudar las clases presenciales. Argumentan riesgo menor de contagios así como daños al desarrollo socioemocional y educativo de niñas, niños y adolescentes.
En contraparte, madres y padres advierten riesgo por el regreso a los salones hacia el final de año, pues las condiciones implican mayor riesgo por la temporada invernal y las enfermedades que acarrea; además, acusan que las escuelas carecen de las condiciones para garantizar la salud de estudiantes y dudan de la propia disposición de los menores para cumplir con las medidas de prevención, al tiempo que exigen vacunas para ese sector.
Desde mi punto de vista ambos lados tienen argumentos de peso, por lo que la discusión todavía dará de qué hablar.
OTRA VEZ EL PRI
Al PRI de siempre, al que el año pasado le importó muy poco la pandemia y realizó un festejo en sus instalaciones con motivo de su victoria electoral, otra vez se le olvida que todavía estamos en emergencia, o quizá tendrá otras prioridades, porque en la toma de protesta de Julio Manuel Valera Piedras y Victoria Eugenia Méndez Márquez como presidente y secretaria general del Comité Directivo Estatal del PRI en Hidalgo, hubo todo menos prevención ni sentido común por el virus que ya advierte una cuarta ola que pinta agresiva.
Mientras tanto, Valera Piedras muy contento advirtió que Hidalgo no conoce la alternancia de gobierno ni la conocerá. Vaya declaración, como si fuera cosa para sentirse orgullosos.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.