Bienvenidos mis queridos lectores a un número más de esta su columna de confianza. El día domingo los que amamos el futbol presenciamos historia pura suscitada en el estadio “Jalisco”: El Atlas de Guadalajara consiguió el campeonato de liga del futbol mexicano tras 70 largo años.
Desde 1951, los rojinegros no habían probado las mieles del título en el torneo local y tras una final más que emocionante frente a León, lograron romper una maldición que parecía eterna. Poco importó que los esmeraldas remontaran el marcador en el partido de ida, o la surreal falla de Saldivar frente al arco, los astros estaban alineados (Rocha no tanto) para vivir una noche inolvidable.
#AtlasvsLeón #saldivar #oso #final #LigaMX No mames, que pendejo Saldivar…
Me recordó a @OribePeralta contra tigres…ýýýýýýýý pic.twitter.com/CKnNZvDaFkel uyuyuy (@Russso23) December 13, 2021
La épica se llevó a las últimas consecuencias, la tanda de penales estaba lista y, mientras zorros canteranos se volvían figuras, Ángel Mena erró su disparo. Al final la gloria fue para Julio César Furch, el larguirucho delantero argentino que mandó al fondo la pelota en el penal definitivo. Julio, quien arribó a Jalisco con enfado, a regañadientes, sin entender muy bien por qué lo alejaban de su amada comarca lagunera. Don Julio, que en el instante en que marcó desde el manchón grabó su nombre con letras doradas en la historia del Atlas.
Weeeeey el rostro de Julio Furch ýý
Ivonne Almaraz (@almaraz_ivonne) December 13, 2021
Un equipo sin mucho lustro, pero con las piezas necesarias para sacar los partidos. Camilo Vargas fue un monstruo durante toda la temporada, y en la gran final se echó un tiro de esos que hasta emocionan con Rodolfo Cota. Auténticos cerberos que custodiaron con fiereza su puerta. Al final, el colombiano pesó más en la tanda de penales.
SAN CAMILO VARGAS INMENSO.pic.twitter.com/0QHZtH3heT
Colombia Analytics (@Colanalytics) December 13, 2021
La “Academia” obtuvo en su éxito en buena medida gracias a una sólida defensa, donde Santamaría, Nervo y Barbosa lideraban la zaga y los carrileros Ángulo y el hueso Reyes acompañaban de forma constante al ataque.
El medio campo de puro talento mexicano, un Rocha pletórico, estoico capitán que nunca bajó los brazos y que, bajo sus alas, acompañó a Ángel Márquez y Jairo Torres, los dos chicos maravilla hechos en casa.
La historia de Furch no se podría contar sin su socio y quizá el más desequilibrante del cuadro tapatía, Julian Quiñones. Mientras el argentino bajaba pelotas, el colombiano armaba las jugadas. Satélite que orbitaba por el último tercio del campo, siempre habilidoso, rápido y con ganas de revancha tras su pobre paso con los Tigres de la UANL.
Diego Cocca un fenómeno, construyó su equipo para sacar partidos, no para jugar bonito. 5-3-2 sólido, buscando siempre el juego directo, la peinada de Furch que permitiera la segunda jugada.
Por último y más importante, la afición. Miles de personas saliendo de hasta debajo de las piedras, orgullosos, apasionados, gozosos de saberse campeones. Cientos de fotografías en el estadio; madres, abuelos, hermanos, tíos e hijos que desde el cielo vitoreaban con los suyos, enrojeciendo las nubes e inundando el horizonte.
Enhorabuena al Atlas, por este cuento que por fin tiene un final feliz.
Esta narración va a quedar en la historia de la crónica deportiva mexicana…
No siento nada por el @AtlasFC y me llegó hasta el alma.
Felicidades y gracias por las emociones, @pacogonzaleztv!!! ýýýýýý pic.twitter.com/NLnoLuTeti Sergio Dipp (@SergioADippW) December 13, 2021
¡Hasta la próxima!
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.