Este tema se ha convertido en uno de los más controversiales en el terreno del feminismo, pues hay ante él, opiniones y posturas divididas por parte de algunos grupos feministas y claro, por parte de las mujeres transexuales. Pero antes de cualquier cosa, empecemos por entender ¿qué es el borrado de mujeres?

Este es un término que se refiere a, básicamente, eliminar los derechos de las mujeres cis ante el reconocimiento de las mujeres transexuales como parte del género. En comentarios del portal Tribuna Feminista, se comenta lo siguiente: “Y el posmodernismo pretende hacerlo desaparecer en aras a mayores beneficios del patriarcado. Pero para ello pretenden borrar a las mujeres y a la teoría que lleva años luchando contra esos beneficios y privilegios que siguen ostentando los hombres a través del doble sistema criminal que tanto les favorece: la gran complicidad existente entre el capitalismo y el patriarcado.”

La Alianza Feminista contra el Borrado de las Mujeres (Madrid) denuncia que, en algunos países del mundo, se aprobaron leyes que permiten que cualquier hombre pueda “autodeterminarse” mujer, sólo con su palabra como único trámite necesario. Y señala que es inadmisible permitir que el “género” se introduzca en las leyes como una “identidad” y se proteja por encima de la categoría “sexo”.

Y explica: El género no es una identidad, el género es el conjunto de normas, estereotipos y roles impuestos socialmente a las personas en función de su sexo. E insiste: la sustitución de la categoría sexo por la de identidad de género, convierte la definición de mujer en algo completamente subjetivo y esto afecta a nuestra realidad material en muy diversos ámbitos.

Ahora bien, entiendo de dónde procede el alarmismo con el que esta corriente del feminismo propaga su lucha contra el “borrado de mujeres”, pues es innegable que la historia de la humanidad se ha encargado de borrarnos. Y es que, como bien apunta la feminista francesa Michelle Perrot en Mi historia de las mujeres, “para escribir la historia hacen falta fuentes, documentos, huellas. Y esto constituye una dificultad en la historia de las mujeres. Su presencia suele estar tachada, sus huellas borradas, sus archivos destruidos. Hay un déficit, una carencia de huellas”.

Ejemplos sobre cómo el papel de las mujeres cisgénero pasó a ser menoscabado o eliminado hay muchísimos: siguiendo a Perrot, pensemos en lo difícil que es reconstruir un linaje femenino, debido a que históricamente las mujeres han pasado a perder su apellido al casarse con un hombre, o bien, ante la imposibilidad de elegir el apellido que se lega a lxs hijxs. Por otro lado, hasta no hace muchos años la representación que se ha hacía de ellas corría a cargo de hombres cisgénero, quienes constantemente dibujaron estereotipos alrededor de las mujeres: amas de casa, hipersexualizadas, histéricas, etcétera. Como cereza en el pastel, añadamos la autodestrucción de la memoria femenina: “convencidas de su insignificancia”, nos dice Perrot, “muchas mujeres, destruían y destruyen sus papeles personales al final de sus vidas”.

Sí, que ciertas condiciones de desigualdad frente a los hombres cisgénero provienen en gran medida de la realidad material del sexo es innegable. Lo que sí podemos (y debemos) cuestionar es que éste sea el único motivo que ha generado relaciones de desigualdad (e invisibilidad), pues cuestiones como raza, clase, religión, orientación sexual o identidad de género también han sido factores y, en muchos casos, incluso más relevantes que la materialidad del sexo.

Pensemos, por ejemplo, en que si es difícil construir una historia de las mujeres cisgénero, el reto es abrumadoramente mayor si pensamos en elaborar una historia de las personas trans.

Es así que existen dos posturas, por un lado el de las mujeres transexuales y por otro, el de algunas feministas que no quieren permitir que las primeras tengan los mismos derechos que ellas.

Postura de mujeres trans:

En la opinión de Láurel Miranda, una mujer trans:  “Aseguran ciertas voces dentro del feminismo hegemónico ése que ya no habla de feminismos, así en plural, sino de una sola lucha, de un solo modo de ser mujer, que las mujeres trans terminaremos por “invadir” los espacios que con tanto esfuerzo y tantos años lograron ganar las “mujeres biológicas” (sic).

Para evitar tan terrible escenario, proponen la no aprobación de las leyes de identidad de género que se impulsan en países como España, Reino Unido, Argentina, Colombia o México: porque, claro, a su entender, frenar que las personas trans tengamos acceso a derechos tan básicos como la identidad, es decir, que seamos reconocidas legalmente bajo el género con el que nos identificamos, es la solución adecuada. ”

Por esta parte, las mujeres trans también apelan a una nula visibilidad de ellas en el mundo y que se ha eliminado parte de las contribuciones que han hecho en la historia. Laúrel Miranda comenta: “en la historia de la humanidad hay aportes científicos, sociales y culturales de personas trans, de los que no se habla en la escuela. “El verdadero borrado”,

Postura de mujeres cis:

Existe, por otro lado, la postura de las feministas que sostienen que las mujeres se deben definir con base en el sexo y no por el género. Por ejemplo, el portal AmecoPress, sostiene que el género no es una identidad, el género es el conjunto de normas, estereotipos y roles, impuestos socialmente a las personas en función de su sexo. El género es un instrumento que favorece y perpetúa la situación de subordinación en la que se encuentran las mujeres. Por eso, admitirlo como “identidad” implica esencializarlo, anulando por completo las posibilidades de luchar contra las imposiciones que conlleva.

Es así que hay dos opiniones, dos puntos de vista desde cada trinchera que se defiende. Sin embargo, lo que es necesario, es garantizar la seguridad de todas las mujeres, sobre todo en países donde el feminicidio y el transfeminicidio son parte, lastimosamente, del día a día.

ACLARACIÓN                                                 
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo. 

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