León, Guanajuato.- Alejandro Fernández regresó al Palenque de la Feria de León para interpretar canciones dedicadas al amor y desamor, emulando el ejemplo de su ‘querido viejo’ Vicente Fernández, quien en vida le enseñó el respeto que hay que guardarle a ese escenario.
Con el porte del charro mexicano, Alejandro salió del túnel directo al redondel, donde el grito de más de 7 mil asistentes fue ensordecedor; hombres y mujeres por igual, se unieron en un solo brindis y le mostraron sus respetos, tras la muerte de Don Vicente.
Alejandro, con una sonrisa, sombrero en mano, y traje ceñido, no tuvo más que agradecer y soltar la primera de la noche, de un largo repertorio de su gira “Hecho en México”, el que presentó en el pasado Festival Internacional del Globo (FIG).
A minutos de la media noche, comenzó la tanda de canciones ‘llegadoras’ y también una celebración por 30 años de trayectoria artística.
“Tantita pena”, “Es la mujer” y “Estos celos”, fueron el arranque de la emotiva madrugada.
Buenas noches mi querido León, Guanajuato, ha sido una larga espera, poco más de dos años, mucha gente se nos ha ido. Que la música sea nuestra medicina, este concierto se lo dedicamos al amigo que se fue”.
Llegó “Estuve” y después, un pequeño arreglo de “Hoy tengo ganas de ti”, todo el tiempo acompañado por el Mariachi Real de México.
Este “latin lover” que ha sabido conjugar modernidad y tradición, es heredero de los charros mexicanos de ranchera y bolero como Pedro Infante, Jorge Negrete, Javier Solís y, por supuesto, Vicente Fernández, su padre, a quien le rindió homenaje hasta el cielo, y para quien pidió aplausos.
Apapachan fans a Alejandro Fernández
Las primeras afortunadas fueron unas damas, que le dieron unas flores, y él en cambio, se dejó abrazar, dejando atrás la sana distancia.
Durante la pandemia, tuve oportunidad de hacer colaboraciones con muchos artistas y una de ellas causó mucha polémica, a ver si les gusta esto”, siguió “Amor Tumbado” que hizo con Natanael Cano.
Alejandro, celebró ‘ad hoc’ a la celebración de sus 30 años de carrera, tiempo en el que ha demostrado ser capaz de cantar canciones melosas de pop enfundado en un ajustado pantalón, chaqueta, camisa, botas y sombrero, o como esa noche en León, vestido del charro mexicano.
“Unas nalgadas” en versión tuba, logró que los pasillos se convirtieran en pistas de baile. Después llegó “Más no puedo”, que en su momento entonó con Christian Nodal.
Faltaban minutos para la una de la mañana, y el tapatío seguía con el repertorio de rolas románticas, que llevaron del baile a curar el corazón, con temas como “Tu amor me hace tanto bien”.
