Guanajuato.- Renunciar a su país y su profesión fue el primero de muchos sacrificios que tomó Ileana quien realizó una travesía de Uruguay a México. Cruzar un país por día fue la meta que se fijó. Esnáider dejó Honduras para seguir a su madre, quien buscaba alejar a sus hijos de la violencia ese camino la llevó del infierno a la paz.
Ambas mujeres migraron a México buscando una vida mejor, ellas forman parte del programa piloto de Integración Local de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Hace un mes llegaron de Chiapas a León para capacitarse en el sector calzado, actualmente toman un curso como pespuntadoras en el CIPEC para sumarse a una fábrica.
Los nombres que se usan en la entrevista son un pseudónimo a petición de las mujeres refugiadas para proteger sus identidades.
Un país por día
En mayo del 2021 Ileana decidió traspasar fronteras para llegar a México, sin conocer a nadie.
Originaria de Cuba, la mujer de 50 años tuvo que salir de la isla; durante dos años vivió en Uruguay, sin embargo decidió salir porque su visado estaba por terminar.
Sin la posibilidad de regresar a su país de origen optó por México, salió de Uruguay a Panamá en avión. La frontera con Costa Rica la pasó caminando.
En adelante el cruce de fronteras de Nicaragua, Honduras y Guatemala las hizo en autobús, a caballo, motocicleta, cruzando ríos y caminando.
En el último tramo de Guatemala a Chiapas viajó junto con cuatro personas dentro del baño del autobús, en un espacio de un metro cuadrado. “Estaba muy cansada, a pesar de no haber espacio me dormí”, recordó.
Explicó que conocía el programa de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), al llegar a Chiapas se acercó a ella, para regularizar su estancia en el país.
Mientras le resolvían su estancia, vivió por un año en Chiapas, en ese tiempo trabajó para la Comisión haciendo trabajo social, a cambio de la ayuda económica que recibía para medicamentos y alimentos.
A la par, buscó a la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) para inscribirse al programa de capacitación laboral. Al tener la resolución positiva por parte de COMAR, para ser reconocida como refugiada con estadía legal en México la trasladaron a Guanajuato.
Por el perfil que tiene Iliana la opción fue traerla a León, llegó a la ciudad hace un mes, en tiempo de Feria y le encantó. “León se parece a mí, como si hubiera nacido aquí”, dijo.
En Cuba se preparó como Licenciada en Contabilidad y Finanzas, de su estadía en Uruguay comentó que vivía con miedo, por los altos índices de robos y violencia.
Iliana es divorciada y con un hijo, está a la espera de que Acnur le ayude en un proceso de reunificación para que traigan a su hijo. Al igual que su validación universitaria para poder ejercer su profesión.
De momento está tomando un curso de pespuntadora completa en CIPEC, admitió que le ha sido complicado aprender ya que su formación educativa fue diferente.
Los vincula con la industria
Paola Monroy, asociada de Protección de Acnur México en Guanajuato, detalló que el Programa de Integración Local tiene seis años en México, en Guanajuato comenzó en enero del 2020.
Explicó que el objetivo es la inserción laboral, en 2021 atendieron a mil 100 personas refugiadas que llegaron a Guanajuato.
En la entidad además del calzado otros sectores que se han sumado son el agro y automotriz. Por ejemplo Kromberg & Schuber junto con 32 empresas en el estado han sumado a personas refugiadas.
Actualmente Acnur cuenta con oficina en León, están por abrir una más en Irapuato y otra en Silao.
Refirió que las personas cumplen un proceso de integración en el País y para sumarse al mercado laboral tienen ubicados a refugiados en 13 municipios de Guanajuato.
Expuso que como Agencia buscan un espacio para contribuir con el desarrollo, no que compitan con la población local, el programa tiene un enfoque intersectorial.
La trae su mamá
Esnáider es originaria de Honduras, por problemas de delincuencia y pocas oportunidades su mamá decidió migrar, porque ya no aguantaba la vida que tenía ahí.
La jefa de familia caminó desde la frontera de Honduras para llegar a Chiapas, se unió a una marcha migrante para llegar a México en octubre del año pasado.
Al llegar a Guatemala, el convoy se deshizo, cada quien llegó por su lado, la mamá de Esnáider cruzó con otras dos mujeres. Al estar en Chiapas hizo el proceso para quedarse en el País.
“Todas las personas que vienen de Honduras traen el sueño de llegar a Estados Unidos”, reconoció la joven de 19 años.
Sin embargo, su mamá se sintió cómoda en México por la ayuda y trato que recibió de la Comisión, que le proporcionó trabajo y casa.
Esnáider esperó en Honduras en tanto su mamá logró la estadía legal en México, se quedó con sus hermanos de 9 y 11. Su padrastro, fue quién los trajo al País cuando se resolvió el trámite.
Actualmente su mamá trabaja como preliminar en una empresa de calzado, sus hermanos están en la escuela. Para ayudarle, ella se está capacitando en CIPEC como pespuntadora; Esnáider es parte del proyecto piloto de Acnur en León.
En Honduras, la joven estudiaba el primer año de la carrera de Mercadotecnia, aunque ahora está considerando la licenciatura en Derecho.
Reconoció que en un inicio pensó que era una mala idea que su mamá migrara a México.
“Por ir buscando una vida mejor te puede pasar algo”, pensó en ese momento.
Al llegar a León dijo que le gustó la ciudad, por venir de un lugar en el que vivía incómoda.
“Sentí paz, eso quedó en el pasado. Ahora no hay cosa que desee más que terminar la universidad”, dijo.
Capacitan más gente
La industria del calzado tiene una demanda para emplear mucha más gente de la que está disponible en el programa de Acnur.
Mario Plascencia, consejero del Centro de Investigación y Promoción Educativa y Cultural (CIPEC), detalló que el programa piloto comenzó hace un mes, con un grupo de 6 personas.
Particularmente para recibir a refugiados de Centroamérica preparándose para oficios del sector calzado. “Esto abre un camino para que otros refugiados se sumen, estamos hablando del inicio del proyecto”.
“Nos están enseñando la problemática de recibir personas que provienen de otros países, para ellos no solo es la capacitación es comenzar una vida nueva”, dijo.
Leticia Camino, directora del CIPEC, destacó que “con el programa ganamos todos, el empresariado, la sociedad, ellos y nosotros como centro de capacitación”.
Detalló que esta alianza con Acnur, da la oportunidad de tener personas con competencias que demanda el sector industrial.
Recordó que el centro cuenta con 22 talleres para diferentes sectores industriales, en 2021 capacitaron a 3 mil 500 personas. Para este 2022 proyectan igualar los resultados de capacitación del año pasado.
MCMH