Mayo de 2003. Parque México, colonia Hipódromo Condesa, del Distrito Federal. Una niña juguetea con Denzel Washington, mientras el ya desaparecido director, Tony Scott, revisa una y otra vez la maqueta que le ayudará a colocar a autos y actores para la siguiente escena de acción. 
Cuando todo queda claro, el realizador pasa junto a esa pequeña de cabello güero, se agacha y con señas le dice hacia dónde debe correr. La niña asienta con la cabeza. 
Segundos después, una camioneta llega y frena bruscamente. El personaje de Denzel es sorprendido. La niña, es secuestrada y no deja de gritar. “¡Corte!, ¡se queda!”, se escucha a través de un magnavox. 
Dakota Fanning, entonces de nueve años, sonríe. Llega su mamá por ella y van juntas al camper. El día acabó para ella, aunque el rodaje de Hombre en llamas, continúa. Y como premio, un refresco. 
Muchos no lo saben, pero la actriz que este domingo cumple 20 años, tiene una relación con México. 
No solamente rodó dicha película en la capital, sino que en sus primeros escarceos profesionales, estuvo bajo las órdenes de Luis Mandoki, en Atrapada y del mexicano por adopción, Rodrigo García, en el filme Nueve vidas. 
“Esa niña va a ser cosas grandes, ya verán”, dijo en su momento Mandoki, director de Voces inocentes y La vida breve y precoz de Sabina Rivas, al recordar a Dakota. 
Y tuvo razón. Meses después recibió una nominación para los premios de la Sociedad de Actores por Yo soy Sam y luego ganó el de Mejor Actriz en los premios que otorga la Academia de Ciencia Ficción, Horror y Ficción de Estados Unidos, gracias a su trabajo en La Guerra de los Mundos. 
Alma vieja 
Elogiada por gente como Glenn Close (Atracción fatal), quien la calificó como un alma vieja que sólo aparecía en lapsos de muchos años, debido a la alta calidad que tenía, Dakota fue una niña prodigio para varios. 
A los 10 años ya tenía en su haber 25 películas (la mitad de su filmografía actual), incluyendo series televisivas como Taken y la animada Kim Possible, a cuyo personaje en su etapa de niña, le prestó voz. 
“Claro que quiero ir a la Universidad, pero también quiero seguir actuando, me divierte”, expresó en una ocasión, cuando apenas contaba con 12 años de vida. 
Fue con esa edad que aceptó el papel de una chica violada en Hounddog, estrenada en Sundance, donde le llovieron críticas a sus padres, por haberle permitido trabajar en una historia oscura. 
Dakota, entonces, sorprendió cuando alguien le preguntó sobre eso y respondió: “es una película y se llama actuar”. 
En el mismo año clasificó cuarta en la lista de la revista estadounidense Forbes como una de las actrices menores de 21 años, más rentables en Hollywood. En 2006 había ganado un estimado de 4 millones de dólares. 
Desde ese instante, Dakota no ha dejado el cine. Hace tres años se convirtió en rostro de una campaña de perfume, pero el anuncio fue prohibido en Reino Unido por considerarse que tenía connotación sexual. 
Su hermana Elle ha seguido sus pasos, igual con dos mexicanos, como ella al principio. Ha trabajado en Babel, de Alejandro González Iñarritu y el corto Likeness del cinematógrafo Rodrigo Prieto. 
Y Dakota, pareciera, sabe que eso le ha traído suerte. Pretende refrendarla en unos meses más, cuando, si todo sale bien, participe en la próxima película de Gerardo Naranjo (Miss Bala), del que se ha reservado detalle. 

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