Antes las abuelitas aliviaban prácticamente cualquier malestar con remedios caseros. Bastaba con que hirvieran hierbas o mezclaran ciertos alimentos para curar las dolencias.
Ellas se las arreglaban para elaborar remedios usando los ingredientes que tenían a la mano. Y vaya que eran útiles, tanto, que aún en la actualidad se siguen usando.
Las abuelitas, como Marissa Adalia Suárez Córdoba, se han encargado de transmitir sus recetas por generaciones, con la plena confianza de que solucionan ligeras molestias cotidianas.
Marissa colabora en el cuidado de bebés en educación inicial. Tiene dos nietos: un niño de 4 años y una niña de 3, y menciona que en caso de que no exista una respuesta satisfactoria a los remedios caseros, hay que acudir con el médico.
La pediatra Victoria Almazán dice que justamente a los niños les ataca la fiebre, el dolor de estómago u otros malestares comunes precisamente en la noche o en la
madrugada, cuando el doctor no está disponible.
Los papás primerizos, sobre todo, se angustian y no saben qué hacer.
Aunque para su buena fortuna existen estos remedios heredados por generaciones que pueden ayudar a aliviar los síntomas mientras se trasladan con un especialista.
La pediatra explica que la medicina alópata y los procesos científicos son su herramienta de trabajo, pero en ocasiones les indica a los papás que preparen algunos remedios en el hogar, sobre todo si el horario no es apto para ir a consulta.
“Esto es cuando de repente empiezan los síntomas en la madrugada y no pueden ver a su pediatra hasta el día siguiente, pero son un buen tratamiento como inicio, y por la inseguridad que se vive actualmente es mejor tenerlos presentes”, explica.
La dermatóloga Minerva Gómez recomienda este tipo de soluciones alternativas sólo mientras el especialista hace el diagnóstico, porque al prolongar su uso podrían estar enmascarando algún otro padecimiento, quizá grave.
“Bañar al niño sí funciona para bajar la temperatura”, ejemplifica, pero advierte que podría tratarse de enfermedades pulmonares o apendicitis, y para descartarlas
es indispensable la evaluación médica lo más pronto posible”, concluye la especialista.
Cálido alivio
Para dormir: Si el niño tiene problemas de sueño, es cuestión de hervir el tronco de la lechuga en una taza de agua durante 10 minutos y prepararle un té.
Rozaduras de pañal: En lugar de talco utiliza maicena o harina de maíz sin sabor ni olor, pero si el problema persiste, quizá haya infección y debe ser tratada médicamente.
Estreñimiento: Soba suavemente el estómago del bebé con aceite de oliva con movimientos hacia abajo durante un par de minutos, después masajea su espalda baja y estira con cuidado la piel que recubre la columna. Luego, en ayunas por tres días, dale una mínima cantidad de aceite casero con la punta de una cuchara.
Mejorar la digestión: Prepara agua de arroz y endúlzala ligeramente con piloncillo en vez de azúcar. Ofrécela a tu bebé en lugar de una toma de leche de fórmula.
Gripe y dolor de garganta: La preparación de jugo de limón con miel de abeja natural a temperatura normal disminuye los síntomas de la gripe y el dolor de garganta.
Dolor de estómago: El té de manzanilla alivia cólicos, aunque en porcentaje mínimo podría causar alergia. El té de salvia disminuye la inflamación intestinal, mientras que para la gastritis y el dolor de estómago se aconseja mezclar en licuadora papa natural con agua.
Diarrea: Cocer en agua una taza de arroz y una zanahoria hasta que quede la consistencia de una sopa; funciona como astringente para la diarrea.
Tos: Aplicar Vick VapoRub en los pies y el pechito del bebé, y los cambios se ven de inmediato.
Fiebre: En este caso hay que bañar a los niños con agua tibia, lo que ayudará a evitar que tengan crisis convulsivas, sobre todo los menores de 5 años.