En este espacio he compartido por años, datos duros, sobre la más noble de las profesiones y al mismo tiempo, la carrera profesional más difícil de cursar en México: la medicina. Apoyado en números, he descrito, cómo en nuestro querido País, faltan oportunidades, plazas, salarios dignos, para quienes estudian porque aman la vida y a sus semejantes. Estudios disponibles sobre profesiones, siguen reflejando que es la profesión más valorada socialmente, pues -aunque no son dioses-, luchan para que sigamos ligados a la vida.
La pandemia COVID 19 puso al desnudo el estado real del sistema de salud federal, así, como la excelencia del sistema público de salud de Guanajuato, el mejor del País. Se dieron contrataciones temporales de médicos para atender a los enfermos, pero lamentablemente, el ritmo de contrataciones que se requería en el IMSS, ISSSTE y el fracasado INSABI, no fue suficiente para dar cabida a la gran cantidad de médicos que egresan de las universidades mexicanas.
Estudios recientes, han mostrado que los ingresos médicos en servicio social e internos, son tan bajos, que -comparados con las becas que el Gobierno federal otorga en programas como “Jóvenes Construyendo el Futuro”-, no son un sueldo digno para quienes estudian a nivel licenciatura al menos 5 años. Por eso, el anuncio del presidente López Obrador, de contratar a 500 médicos cubanos, es fundamentalmente político; se trata de generar transferencias opacas para apoyar al deficitario gobierno cubano y a su sistema económico en crisis desde hace décadas. Esta decisión es política y es ofensiva para los miles de jóvenes mexicanos que requieren una plaza en el sistema público.
El sistema de salud de Cuba fue líder en el mundo. Lo mismo, sus centros de investigación y universidades, sin olvidar lo que fue un maravilloso sistema deportivo y de cultura. Pero, con el paso de las décadas, la permanencia del bloqueo y un ineficiente sistema productivo, han provocado el colapso. Solo quienes hemos viajado a conocer el sistema, podemos dar cuenta directa del estado de las policlínicas y el deterioro en general del Estado cubano, asfixiado por la falta de libertad económica que podría desatarse con medidas de apertura empresarial, pues el Estado es el peor administrador.
Conozco muy bien la realidad de Cuba, de Venezuela y de Nicaragua; han sido décadas de viajes por simpatizar con el proyecto original de sus revoluciones, y he sido testigo, como voluntario solidario, de cómo se ha deteriorado su vida económica, hasta ver, con tristeza cómo el hermano pueblo de Cuba padece hambre y cómo Maduro en Venezuela controla la vida nacional incluido el órgano electoral y me duele cómo Daniel Ortega y su esposa, se convirtieron en dictadores perpetuos, replicando aquello que combatieron como guerrilleros. En este espacio escribí sobre la tierra de Sandino y la enorme campaña de alfabetización al inicio de la Revolución, o sobre los procesos electorales venezolanos y describo los viajes por la gran isla de las Antillas.
Y por eso, me duele que sus revoluciones hayan mostrado que los niveles generales de vida los coloquen como pueblos pobres donde la economía no funciona y el pueblo no tiene los insumos básicos para sobrevivir. Ya no se puede seguir culpando al exterior, cuando en el interior siempre hay maneras de levantar la economía y los programas sociales públicos. Y eso es lo que en mi opinión, tiene como desafío Cuba. La muerte de Fidel y la pronta de Raúl Castro, eran oportunidades para que nuevas generaciones de líderes pudieran cambiar el destino y abrieran el sistema político y la misma economía.
Hacer depender la revolución de un solo hombre, ya sea Chávez, Ortega, Maduro o López Obrador, es dejar a sus designios el rumbo de un proyecto que debe ser compartido. Es bueno, sí, que México ayude con transferencias financieras a Centroamérica y a Cuba. Es un buen propósito, pero hacerlo supliendo a médicos mexicanos por cubanos, es una ofensa a miles de jóvenes nuestros que requieren oportunidades para fortalecer al sistema de salud público que sufre por falta de medicamentos, infraestructura y plazas médicas. No comparto la decisión del Presidente de seguir haciendo transferencias a Cuba, cuando nuestro mayor aporte, es ayudar a que se abra allá la vida democrática y el emprendimiento del talentoso y maravilloso pueblo cubano.
* Consejero local del INE