Elba Esther Gordillo tiene casi un año recluida y no ha pisado una celda.
Son las siete de la mañana, Elba Esther Gordillo se incorpora, es hora del pase de lista y su medicina. Ha pasado la noche en una cama clínica de posiciones múltiples con barandales, en una habitación individual del Aislado 2 del Hospital General Torre Médica Tepepan.
Toma una ducha en su regadera privada, se viste con ropa deportiva rosa, a veces beige o amarillo claro estampado con flores, calza unos cómodos flats Salvatore Ferragamo y se coloca, como todos los días, la bata hospitalaria blanca que amarra a la cintura.
A esa hora ya ha llegado su desayuno.
Los alimentos, según refiere su familia, son prescritos por el médico de cabecera Jesús Walliser, nefrólogo del hospital Ángeles del Pedregal.
En los primeros días de su detención, el chef particular de Gordillo, Félix Arriaga, preparaba los alimentos; lo había hecho durante años con un sueldo de 60 mil pesos mensuales que salían también de las arcas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Tras la captura, el sindicato recortó sus gastos, entre ellos el salario del chef, el chofer y ayudantes, por lo que ahora los alimentos se preparan en casa de su hija Maricruz Montelongo, casada con Fernando González Sánchez, ex subsecretario de Educación Básica en el sexenio pasado.
Todos los días, desde el club de golf Bosques de Santa Fe, un mensajero en una moto negra con caja de repartidor de pizza cruza tres veces la ciudad para llevar a Gordillo sus alimentos en tupperwares, resguardados en un contenedor que los preserva calientes hasta Tepepan.
Gordillo come en los mismos tuppers, con cubiertos de plástico, los cuales lava y vuelve a usar más tarde o al otro día.
Los menús cambian cada semana, según lo dispone el médico, pero se trata sobre todo de comida baja en grasa, avena, fruta, pescado, salmón, espaguetti, ensalada y agua Fiji.
Tiene una mesa rodable con la que acerca los alimentos sobre su cama. Termina y acude al lavabo que está afuera de su baño.
Durante la mañana, por lo general recibe la visita de una de sus hijas, Maricruz, quien pasa largas horas con ella, o de personas relacionadas con el juicio.
Después de comer, lee en un sillón reposet colocado a un lado de la cama, y espera a que llegue su entrenadora personal de yoga y meditación, dos actividades que desde septiembre realiza cada tercer día. Diario hace una “caminata” en la habitación que le ayuda a mantener en forma sus articulaciones.
Las autoridades dicen que la yoga le ha ayudado a controlar el cuadro ansioso depresivo desarrollado por el encierro.
En su cuarto, de 3 por 5 metros, además de una maceta, el reposet y un calefactor, tiene una maleta y libros de Osho como “Amor, libertad y soledad”, “Aprender a silenciar la mente”, y “El gran desafío”, o de historia como la “Trilogía Escipión” de Santiago Posteguillo. Cuando no lee, dibuja.
No hay radio, no hay televisión, no hay periódicos. A veces le llevan revistas. Su interacción con las reclusas es limitada, pero no por ello ha dejado de ser espléndida: a las internas que dan a luz en la misma torre donde pasa sus días, les regala ropa y accesorios para sus hijos recién nacidos.
De Navidad regaló a sus amistades 100 bolsas de rafia elaboradas por las internas, que le costaron 100 pesos cada una.
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Hasta hace un año Gordillo era una mujer libre. Tenía poder y dinero. Era presidenta del sindicato más grande de América Latina, con poco más de 1 millón 500 mil trabajadores.
En los 23 años que lideró al magisterio, el número de maestros de educación básica pasó de 744 mil 325, de acuerdo con las estadísticas de la SEP, a 1 millón 196 mil 347, más los trabajadores de apoyo a la educación; los de media superior y superior.
En los últimos 10 años, Gordillo negoció la creación de 190 mil 934 plazas docentes de educación básica que representó un crecimiento de la nómina magisterial del 26%; y los aumentos directos al salario sumaron 83.5%, más 23.2% en prestaciones.
Con apenas la Normal básica concluida, Gordillo obtuvo dos plazas, una de maestra y otra de directora de primaria, por las que cobraba 38 mil pesos al mes en promedio, pero desde 1977 que fue electa secretaria general de la Sección 36 del SNTE en el Estado de México, no se volvió a parar en un salón de clases.
Como presidenta del gremio, cargo que creó en 2004, negoció con el Presidente las condiciones de trabajo del magisterio, y dejó a su Secretario General discutir los detalles con el Secretario de Educación Pública.
Producto del corporativismo del PRI, Gordillo fue expulsada de ese partido el 13 de julio del 2006, pero la base magisterial le alcanzó y de sobra para crear el Partido Nueva Alianza (Panal), que le permitió establecer alianzas político electorales y cogobernar el sistema educativo.
Como dirigente del SNTE desde 1989 controlaba el 1% de las cuotas sindicales de una nómina cercana a los 19 mil millones de pesos mensuales.
Esos recursos, que Gordillo manejó a discreción, son hoy la clave de las acusaciones de lavado de dinero y delincuencia organizada que pesan sobre la ex dirigente magisterial.
La PGR y el Servicio de Administración Tributaria descubrieron que en tan sólo dos cuentas del Banco Santander, el SNTE tuvo ingresos de 30 mil 644 millones 780 mil 959 pesos del 2009 a 2012, es decir, 7 mil 661 millones al año.
Este ingreso no lo igualan ni los presupuestos de la Cancillería ni los de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; son más del doble de las utilidades netas que en 2012 obtuvo Soriana y sólo son comparables con los 8 mil 200 millones que Grupo Carso reportó como utilidad ese año.
Cuando la Secretaría de Hacienda esculcó estos dineros, ubicó egresos desorbitados en conceptos muy ajenos a los gastos de representación sindical.
Ese dinero salía de las arcas del gremio con la firma, entre otros, del actual líder Juan Díaz de la Torre, a quien la PGR no ha tocado, y se depositaba a Nora Guadalupe Ugarte Ramírez, Isaías Gallardo Chávez y José Manuel Díaz Flores, tres coacusados con Gordillo, quienes realizaban transferencias para cubrir el tren de vida de la ex lideresa.
El mayor gasto de Gordillo era por concepto de “aviación”, ya fuera para la compra o arrendamiento de aeronaves.
De 2009 a enero de 2013, la empresa Avemex recibió de los intermediarios de la maestra o de empresas que éstos fundaron 3 millones 370 mil 696 dólares.
El segundo rubro en erogaciones detectado por el SAT es el del gasto en exclusivas tiendas en Estados Unidos.
Elba tenía a su nombre la cuenta 047970004041 en Neiman Marcus, a la que Guadalupe Ugarte transfirió 2 millones 100 mil dólares en 22 transferencias del 25 de marzo de 2009 al 23 de enero de 2013.
Isaías Gallardo pagó en el mismo periodo 900 mil dólares en 9 transferencias en favor de otra cuenta de la tienda, aunque el nombre del titular no se revela en los documentos hacendarios.
En total, 39 millones 522 mil 500 pesos se pagaron a Neiman Marcus. Los otros destinos del dinero fueron las entidades Cooperative Verenging Global Strategies, con 2 millones de dólares, y la denominada Sociedad de Asia y América S.A. de C.V., que recibió 1 millón 860 mil dólares.
En el amplio expediente judicial de la maestra pueden encontrarse transferencias de un millón de dólares a la institución helvética LGT Bank Switzerland LTD; de 200 mil dólares a Merrill Lynch y de 175 mil dólares a Morgan Stanley de Nueva York.
Algunas fueron para cubrir los gastos de sus inmuebles en California, administrados por HA Property Management & Processing Services, empresa localizada en un domicilio de su nieto Othón Francisco de León Arriola, en San Diego.
Héctor Rivera Ávila, el representante de HA Property, recibió en poco más de tres años 41 depósitos por 1 millón 159 mil 574 dólares, que equivalen a 14 millones 646 mil 945 pesos.
Depósitos de 21 mil 250 dólares por joyas en Chanel Fine Jewelry; de 175 mil dólares a la Alex Em Gallery de Nueva York, de 230 mil dólares para la librería de Antaño de Buenos Aires, de 687 mil 500 dólares para la inmobiliaria argentina Dypsa Desarrollos y Proyectos.
Según sus familiares, esos recursos eran para financiar el programa de relaciones públicas del SNTE, el cual tenía relaciones y alianzas con otros sindicatos, funcionarios públicos, intelectuales, académicos, investigadores, en México y en el extranjero.
Hoy todo este poder y esplendor está bajo la sombra. Congelado. Y de todas esas relaciones públicas y alianzas Gordillo no ha visto a ninguno.
En Tepepan, la lista de visitantes de Gordillo se reduce a su familia: sus hijas Mónica Arreola y Maricruz Montelongo; su yerno Fernando González; sus nietos Othón de León Arriola y René Fujiwara, con sus respectivas novias Paulina Arellano Castelo y Erika Lorena Trejo Angulo.
Además, su hermana Martha Gordillo, su sobrino Ismael Hernández Gordillo y los abogados Marco Antonio del Toro y Ramón Mondragón Tenorio.
Hoy, el nombre de Gordillo es prácticamente impronunciable al interior del gremio magisterial y los círculos de poder.
Marcos Fernández, director de Investigación de México Evalúa, sostiene que la oposición a la reforma educativa le abrió a Gordillo las puertas de la cárcel.
“Si fuera un compromiso por el combate a la corrupción, se tendrían que ver las mismas acciones en otros sindicatos, como es el caso del sindicato petrolero”, dijo
Incluso, durante la celebración del 70 aniversario del SNTE, que cerró sus festejos con un concierto de gala en Bellas Artes el pasado 20 de enero, se proyectó un video sobre la creación y desarrollo del gremio magisterial, en el que se ignora a Gordillo a pesar de que dirigió los destinos del magisterio durante 24 años.
Electa presidenta en el Congreso Nacional del SNTE celebrado en Quintana Roo, en octubre de 2012, Gordillo se preparaba para gobernar seis años más.
Hoy, ninguno de los dirigentes magisteriales que se beneficiaron del poder de la maestra la han visitado. Y Juan Díaz de la Torre, actual dirigente, ha declarado que ni siquiera sabe dónde queda el penal de Tepepan.
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El 26 de febrero de 2013, Gordillo amaneció en su casa de San Diego. A media tarde abordó un Cessna Citation Encore 560, matrícula XA-UEF -su aeronave habitual- con un plan de vuelo que tenía a Toluca como destino.
Después planeaba ir a Guadalajara. Había citado al 36 Consejo Nacional del SNTE.
La reunión fue convocada para ratificar los estatutos del sindicato aprobados por el VI Congreso Nacional de octubre del 2012, y definir la estrategia de lucha para defender los derechos de los trabajadores y la escuela pública de cara a la reforma educativa.
Tras la aprobación de la reforma constitucional que modificó los artículos tercero y 73 para crear el Servicio Profesional Docente y el Sistema Nacional de Evaluación, Gordillo anunció que lucharía por preservar los derechos de los trabajadores.
Su avión aterrizó unos minutos antes de las 7 de la noche en el Aeropuerto Internacional de Toluca. Elba iba con una masajista y, antes de que se levantara de su asiento, entraron los agentes federales a la cabina.
Leticia Espinoza López, agente de la Policía Federal Ministerial, con el apoyo del suboficial Edgar Nájera Melquiades, le informaron que estaba detenida.
Afuera, un grupo de infantes de la Armada esperaron a que bajara del Cessna, para llevarla a una camioneta. Todo fue muy rápido: a las 8:25 de la noche, la maestra ya estaba en la gerencia del Servicio Médico del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
El impacto de la captura lo resintió su corazón.
El certificado médico firmado en el AICM por la doctora Viridiana Colín Saucedo dice que a la frecuencia cardiaca de Elba era de 98 palpitaciones por minuto y su presión arterial estaba en 150/100, cuando los rangos normales son menores a 120/80.
No le observaron golpes o lesiones recientes o evidentes. Articulaba palabras sin dificultad y su signo de Romberg fue negativo, es decir, no tenía problemas con su equilibrio. Su diagnóstico fue de “crisis hipertensiva”.
A las 11 de la noche, ya estaba en el Servicio Médico del Penal de Santa Martha Acatitla, sentada frente a la doctora Montaño, a quien dijo que padecía hipertensión arterial y que no recordaba cuáles eran los medicamentos que debía tomar.
A esa hora, su frecuencia cardiaca estaba en 89 palpitaciones por minuto, pero la presión arterial no cedía: registraba 160/100.
Pese a todo, la doctora Montaño estableció que la maestra estaba consciente, orientada, cooperadora, con aliento normal y sin lesiones al momento de la exploración. Elba pasó esa noche y la siguiente en las instalaciones médicas de Santa Martha.
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En los tribunales, el Gobierno federal no le ha dado respiro. Utiliza diversas estrategias para retrasar el juicio. Funcionarios que son requeridos por la maestra no acuden a declarar en su primera cita, a veces ni en la segunda o solicitan vacaciones para las fechas en que son requeridos.
Y cuando acuden a las audiencias, los servidores públicos federales son los más beligerantes.
Han pasado 363 días desde su captura. La maestra sufre 14 afecciones, entre otras, insuficiencia renal, hipertensión, hepatitis C. En enero la operaron del maxilar y tiene dos operaciones pendientes: una hernia en la parte media del lado izquierdo y otra en el talón derecho.
Con Gordillo y sus presuntos cómplices, las autoridades rompieron la regla de un convenio vigente desde octubre de 2011, que obligaba a internar en penales federales a todos los consignados por la PGR. La excepción se hizo por cuestiones de salud.
El 26 de febrero de 2013 Gordillo llegó a Santa Martha y durmió dos noches en el área de enfermería; a partir de la tercera, lo hizo en su cama individual de la Torre Médica de Tepepan.
Dicen que es fuerte. Estoica. No da la impresión de haberse quebrado. Quizá el último de sus lujos sea no vivir el encierro detrás de las rejas.