La piel es el órgano más extenso del cuerpo y forma una barrera protectora frente al mundo exterior. Su aspecto refleja hábitos de vida, el estado general de salud y las rutinas de belleza. Conoce los adversarios de una piel radiante, joven, suave y sana.
SOL. Es el principal responsable del daño, la exposición a los rayos ultravioletas daña la estructura de la piel, causando la aparición de arrugas visibles, aspereza y alteraciones de la pigmentación.
La excesiva exposición al sol puede incluso causar quemaduras y, con el tiempo, hasta llegar a propiciar un cáncer cutáneo. Procura utilizar a diario un protector con un mínimo de FPS 30.
AMBIENTE SECO. Los interiores secos, con aire acondicionado o calefacción deshidratan la piel y dejan la epidermis seca, descamada y vulnerable. Para evitarlo, procura aplicar cremas lubricantes y beber suficiente agua.
ALCOHOL. Tiene un efecto diurético e influye en el equilibrio hídrico. Beberlo en exceso provoca una deshidratación importante de la piel y priva al organismo de nutrientes esenciales tales como las vitaminas B y C, y los minerales magnesio y zinc. Mídete en el consumo y procura rehidratarte con agua natural o bebidas con electrolitos.
TABACO. Fumar aumenta considerablemente la cantidad de radicales libres en el organismo, lo cual provoca agresión oxidativa e incrementa la probabilidad de que se formen arrugas en la piel. La consecuencia es una epidermis mate y grisácea.
Los efectos nocivos del tabaco no sólo afectan a la piel, el cuero cabelludo también pierde luminosidad, se vuelve quebradizo, incrementa su porosidad y adquiere el olor característico de los cigarrillos. Para contrarrestar, procura consumir alimentos ricos en antioxidantes, como los frutos secos y el aceite de oliva.
Diversos estudios epidemiológicos han confirmado que el riesgo de arrugas de las mujeres fumadoras es casi el triple respecto a quienes no consumen tabaco y el doble en el caso de los hombres.
MALA ALIMENTACIÓN. Está demostrado que una alimentación poco variada y desequilibrada, con poca cantidad de fruta y verdura, favorece el envejecimiento general de la piel. Para lucir una piel sana es fundamental tener una buena nutrición que satisfaga las necesidades esenciales.
FALTA DE SUEÑO. La privación de sueño confiere a la piel un aspecto apagado y hace que aparezcan círculos oscuros e hinchazón bajo los ojos (ojeras). La piel se vuelve más propensa a la aparición prematura de arrugas.
SEDENTARISMO. Contribuye al envejecimiento prematuro de la piel. Un modo de hacerle frente es con ejercicio, el cual tonifica los músculos, estimula la circulación sanguínea y combate el estrés.
ESTRÉS. Las emociones se manifiestan en el cuerpo. El estrés afecta a la salud en general e influye de manera visible en el aspecto y la calidad de la piel. También puede alterar los patrones de sueño.