Marion Cotillard ya piensa en el futuro de su hijo Marcel, fruto de su estable relación con el cineasta Guillaume Canet.
Y aunque el pequeño cuenta con solo 21 meses de vida, la actriz francesa tiene ya claro que preferiría que su primogénito no tuviera que enfrentarse en el futuro a todos los problemas de la competitiva industria del cine.
“Un actor siempre tiene un pequeño fracaso en su interior, y aunque esto no es precisamente una debilidad, al contrario, te hace más fuerte, es un sentimiento muy profundo y a veces demasiado doloroso. Quizás fracaso no sea la palabra adecuada, en realidad es como si algo estuviera roto en tu interior. Estoy convencida de que si no tienes esa sensación, es porque no eres un buen actor”, confesó la elegante intérprete a la revista Interview, antes de vincular sus reflexiones a la vida futura de su adorado Marcel.
“Es una especie de lucha interior constante la que tenemos los actores. Quiero decir que, si mi hijo quiere ser actor, está bien, pero para serlo tienes que tener eso, y yo solo espero que no tenga una existencia tan atribulada”, expresó.
Aunque la oscarizada intérprete ya se está preparando para intervenir sutilmente en la vida laboral de su hijo, al mismo tiempo insiste en que al final todo dependerá únicamente de la voluntad de Marcel, como ocurrió cuando ella misma anunció a sus padres que quería hacerse hueco en el mundo del cine sin necesitar por ello su permiso.
“Es un trabajo apasionante, pero mis padres nunca me dijeron que esta profesión sería tan dura. Ellos eran actores también, pero la verdad es que no sé si cuando decidí seguir sus pasos pensaron: ‘Oh mier**’. No les pedí permiso, y tampoco les pregunté si les parecía bien”, aseguró.
Marion Cotillard no quiere que su hijo sea actor
La actriz tiene claro que no quiere que su hijo se enfrente a los problemas de la industria del cine.