Las protestas contra el Gobierno de Venezuela se apoderaron ayer de los populosos barrios de la ciudad de Valencia, donde decenas de jóvenes encapuchados cerraron las calles con barricadas mientras agentes policiales y militares los dispersaban con disparos de goma.
“Siempre me he manifestado porque (Hugo) Chávez era un perro y éste (Nicolás Maduro) es peor”, dijo el comerciante Alcides Maduro, al tiempo que con una antorcha encendía las bombas caseras que jóvenes y adolescentes lanzaban contra los policías.
Los manifestantes cerraron con barricadas formadas con troncos, basura, colchones y desechos las avenidas principales y los callejones de los populosos barrios creados en la década de los años 60 para alojar a los obreros de la zona industrial de Valencia, una ciudad gobernada por el opositor Miguel Cocchiola y situada a unos 150 kilómetros al oeste de la capital.
Mientras los encapuchados lanzaban piedras y bombas caseras, decenas de mujeres del barrio obrero permanecían afuera de sus casas, en los balcones de los complejos habitacionales y en las esquinas con cacerolas y banderas venezolanas para protestar en contra de la escasez de productos básicos, la creciente delincuencia y para denunciar la forma violenta usada por la Policía y la Guardia Nacional para dispersar las manifestaciones.
En Caracas, mujeres opositoras marcharon pacíficamente para condenar los excesos de la Guardia Nacional en el control de las manifestaciones mientras campesinos y beneficiarios de programas sociales caminaron en apoyo al Gobierno de Nicolás Maduro.
“Marchamos por los caídos, por los presos y los torturados hasta los comandos y destacamentos de la Guardia Nacional, aquí y en otras ciudades del país para apelar a su conciencia como ciudadanos y a su deber como soldados”, dijo la diputada opositora María Corina Machado.
Las manifestantes fueron recibidas por mujeres miembros de la Guardia Nacional, quienes entregaron flores a la diputada Machado.
Machado, por su parte, exhortó a los militares “a detener de inmediato la represión” y que se desarticulen las milicias armadas conocidas como “colectivos” que apoyan al Gobierno.
En tanto la OEA dejó sin efecto la convocatoria para analizar la situación venezolana por errores de procedimiento, mientras el canciller del país sudamericano comenzó una gira por naciones vecinas para agradecer el respaldo de aliados y promover que el conflicto sea tratado en la Unión de Naciones Sudamericanas.

Clama Papa por la paz
El Papa Francisco hizo ayer un llamamiento para que cese la violencia en Venezuela y se favorezca la reconciliación.
“Sigo con particular aprehensión lo que está ocurriendo estos días en Venezuela, auspicio que cesen cuanto antes la violencia y las hostilidades”, dijo el Papa durante la audiencia de los miércoles.
Agregó “sobre todo que el pueblo venezolano, a partir de los políticos y las instituciones, lleguen a la reconciliación”.
El Pontífice pidió “un diálogo sincero” para una “justicia que afronte temas concretos para el bien común”.

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