Un elemento de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), falleció durante un curso de entrenamiento del Ejército Mexicano en Mexicali, Baja California.
Por ello, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación al titular de Sedena, Luis Cresencio Sandoval González.
El organismo pidió que se imparta un curso de capacitación integral de formación en derechos humanos, dirigido a las integrantes del Centro de Adiestramiento de Fuerzas Especiales Temamatla, Estado de México, y del Centro de Operaciones en Desierto, Laguna Salada, Baja California, ambos del Ejército Mexicano, y con ello prevenir hechos similares a los que dieron origen a la citada recomendación.
Además, solicitó a la Sedena que se inscriba a las personas afectadas por estos hechos en el Registro Nacional de Víctimas, y que proceda a la inmediata reparación integral del daño ocasionado a las víctimas indirectas, que incluya una compensación justa y suficiente tomando en cuenta la gravedad de los hechos, además de que se les otorgue atención médica integral y psicológica permanente.
De acuerdo con el organismo que dirige Rosario Piedra Ibarra, fue el 24 de noviembre del 2020, cuando ocurrió la muerte del elemento, cuyo nombre fue omitido para evitar su revictimización.
Así sucedió la muerte de un elemento del Ejército Mexicano
Los participantes de un curso de fuerzas especiales del Ejército Mexicano fueron instruidos para cubrir con arena varios búnkeres que antes habían excavado.
Durante la práctica, el instructor de los asistentes al curso ordenó a la víctima a que se metiera en el espacio marcado con el número 8 y éste obedeció.
Una vez dentro del búnker, el funcionario a cargo de los elementos ordenó que lo sepultaran. Y así sucedió.
Posteriormente, se mandató a otros cuatro elementos que se introdujeran al mismo búnker y también los enterraron, al grado que un instructor caminó sobre la tierra que los cubría.
Los testimonios recopilados refieren que los responsables del grupo comenzaron a tomar fotografías riéndose de lo que ocurría y que este tipo de prácticas eran recurrentes por parte de ambos.
De acuerdo a la indagatoria de la CNDH, el responsable principal del grupo no se percató de la toma de fotografías, ya que lo hacían cada vez que se alejaba del lugar.
“Auxiliados por compañeros que se encontraban fuera del búnker en ese momento, cuatro de los sepultados lograron salir sin darse cuenta de que la víctima quedó al interior, ni en qué momento fue ingresado al mismo.
Una de las personas que había estado enterrada se percató de que había perdido su cargador, por lo que, al buscarlo al interior del búnker apareció la víctima, quien yacía inconsciente, por lo que fue trasladada a un hospital. No obstante, al llegar al nosocomio ya se encontraba sin signos vitales”, señaló la CNDH.
(Con información de El Universal).
HEP