Todos de alguna forma hemos sido marcados por las heridas de la infancia, que duelen tanto que es así, nos siguen atormentando en el presente.

Las heridas de la infancia son:

  • El abandono: genera miedo a la soledad.
  • El rechazo: hace que tratemos de complacer a todos, para que no nos vuelvan a rechazar.
  • La humillación: nos lleva siempre a guardar las apariencias, mostrando una vida perfecta.
  • La injusticia: nos lleva a exigir algo que no es para nosotros, llenándonos de enojo.
  • La traición: nos lleva a vivir desconfiados de todos y de todo.

Esto nos lleva a buscar y querer una vida sin tanto pesimismo, sin tanta frustración, sin tanta carga, puedes empezar por poner orden en ti, como cadenita, viene la disciplina y la constancia, para lograr buscar resolver lo que tanto afecta la situación.

Duelen y duelen mucho, las heridas de la infancia, que hoy en el presente, te someten y surgen muchos miedos.

Surge la incertidumbre, la imaginación vuela a mil por hora, surge la falta de seguridad, que te sientes paralizado, esto te impide pensar y solo nos queda el sufrimiento imaginario, del cual, no podemos salir.

Tanto así que prefieres vivir en la violencia, me medio de una guerra y aun así, decides quedarte ahí sin decisión, sin voz y sin voto.

Identifica cuáles son esas heridas y trabaja en ellas al máximo, para que siempre seas la mejor versión de ti.

ACLARACIÓN       
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo

 

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