México.- El intenso calor puede hacernos pasar malos ratos, y aunque una solución es prender el aire acondicionado, tal vez sea preferible aguantar las altas temperaturas si no desea subir de peso.
Según Javier Sánchez Perona, investigador español que labora en el Instituto de la Grasa del CSIC, en España, el uso del aire acondicionado podría estar relacionado con la obesidad.
El aire acondicionado engorda porque estando fresquitos se nos despierta el apetito”, señala Sánchez Perona en una de sus publicaciones de su blog malnutridos.com.
Y es que aunque el investigador asegura que no hay un estudio que demuestre lo dicho, está convencido de la relación que existe entre el frío y el aumento de apetito.

“No he encontrado ningún estudio que demuestre específicamente una relación causa/efecto entre el aumento del uso del aire acondicionado y el aumento de la obesidad, probablemente porque no se ha hecho”, explica.
“Lo que sí está probado científicamente es la relación entre la temperatura y el apetito. A mayor temperatura, menos apetito. Así que parece obvio que si vivimos, y comemos, con aire acondicionado, comeremos más y engordaremos más”, agregó.
Comprobado por él mismo
La idea surgió al investigador español cuando llegó a vivir a Sevilla, hace más de 20 años, publica el portal de El País.
Javier Sánchez contó que lo sorprendió el fuerte calor en el lugar y se dio cuenta que su apetito disminuyó.
Él, como la mayoría de quienes vivían en Sevilla, no tenía aire acondicionado y pensó que esa podía ser una de las razones por las que había pocas personas obesas, sin embargo, con el paso de los años, el uso del clima artificial se volvió popular, y extrañamente Andalucía se convirtió en la región de España con mayor tasa de obesidad, lo que no le pareció una simple casualidad.

Esta idea es compartida incluso por médicos, como María José Castro, especialista en nutrición de la Universidad de Valladolid.
“Es una evidencia que cuando comes con temperatura más fresca, comes más”, expresó María José, “el organismo en reposo tiene un determinado gasto energético, lo que llamamos tasa energética basal. Y los seres humanos somos homeotérmicos; eso quiere decir que tenemos la capacidad de regular nuestro metabolismo para mantener constante la temperatura del cuerpo independientemente de la temperatura del ambiente. Y lo que utiliza el cuerpo para producir esa energía que lo mantiene a la temperatura constante son los alimentos”.
LCCR