León, Guanajuato.- Silvia de la Torre y Víctor Manuel de Anda son dos jóvenes entusiastas que forman parte del equipo de realizadores del Festival Internacional del Globo (FIG), ambos tripulantes experimentados.
Con seis y tres años de experiencia, respectivamente, Silvia y Víctor cada año ponen toda su energía y pasión para convertirse en la mano derecha de los pilotos que iluminan el cielo de mil colores.
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Silvia está a pocos meses de vivir su séptima edición como tripulante en el FIG 2022, misma que asegura vivirá como si fuera su primera vez.
En 2016, yo me encontraba buscando nuevas experiencias para mi ‘bucket list’, y tenía una pendiente, que era vivir una experiencia única en las alturas. Me acuerdo que iba rumbo a mi trabajo en mi coche y escuché en el radio que estaban buscando tripulantes para viajar en globo, supe en ese momento que tenía que cumplirlo, tal cual llamé, reuní los requisitos y ahora no falto en cada edición”, platicó Silvia de la Torre, tripulante experimentada.
Para ella el miedo a las alturas nunca ha sido un sentimiento que pase por su mente, gracias al ambiente tan familiar y acogedor de hermandad que se vive durante la fiesta multicolor.
Con sus seis años de experiencia como tripulante, la parte más complicada de esta experiencia para ella es decir adiós a las personas a las que convierte en su familia, en cada edición del FIG.
“Lo vives, lo quieres y convives tanto, que para mí la parte difícil de ser tripulante es el último día porque te despides de tus compañeros, del piloto, no diría compañeros, más bien amigos, porque la gente con la que convives esos cuatro días se vuelven parte de tu círculo, como si fueran tu familia.
Entonces lo más difícil es despedirse de todos, porque llega el sentimiento de tristeza y nostalgia, y de alegría sabiendo que los vas a volver a ver el próximo año”, finalizó Silvia de la Torre.
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Desde los 14 soñaba en ayudar a pilotos
Mientras que Víctor de Anda desde los 14 años ya soñaba en convertirse en un tripulante del FIG, para poder ayudar a los pilotos en las maniobras de elevar un globo, y poder vivir la multiculturalidad del festival.
Yo empecé a participar en el festival desde chiquito como espectador, yo tenía un gran cariño por el festival, siempre veía cómo pasaban todas las tripulaciones con sus pilotos, los globos, solo esperaba cumplir la mayoría de edad para reunir los requisitos e inscribirse como tripulante”, platicó Víctor, tripulante experimentado del FIG.
Una vez cumplida la mayoría de edad, Victor armó su tripulación con su papá y hermano como integrantes, sin imaginar que su primera experiencia lo dejaría impactado, y con una forma diferente de vivir el festival.
Platicas con gente de todas partes del mundo, con personas que tienen historias muy diferentes, es una experiencia muy enriquecedora en todos los momentos y aspectos; vez los 200 globos desde abajo y luego vuelas en globo por primera vez, son sentimientos y recuerdos que te quedan muy marcados”, añadió.
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Para Víctor no hay límites y asegura que volar en globo es una experiencia que no tiene comparación, por lo que invita a toda la gente a sacudirse el miedo y darse la oportunidad de vivir la experiencia.
El volar en globo es una experiencia que no tiene un comparativo, es una experiencia muy padre, conoces gente, haces amigos, que los nervios no los detengan, es normal tener nervios, pero a los cinco minutos que comienzas a ver el espectáculo se te olvidan los nervios”, finalizó Víctor.
DSS