No todas las ciudades estadounidenses han sufrido las nevadas y los fríos históricos de las últimas semanas; algunas, como Aspen, más bien lo han gozado. Quedan aún un par de meses de temporada invernal y hay que aprovecharlos a como dé lugar.
Aquí las montañas son el norte del pueblo, aunque estén al sur. Y no es metáfora, ya que en Aspen los mapas (incluso los más antiguos) se encuentran orientados con el norte hacia abajo, para así dejar bien claro que Ajax, como los locales llaman a Aspen Mountain, es la parte más importante de esta localidad.
El suave polvo de nieve que cayó toda la noche ha formado un edredón muy grueso por las calles y montañas, situación perfecta para deslizarse en ella. Aunque esta ocasión no será en esquís o snowboard.
Al pie de los Maroon Bells, dos emblemáticos picos de las Rocallosas al sur (¿norte?) del pueblo, está el T-Lazy-7 Ranch, con experiencias que saben al viejo oeste. La familia Deane es la propietaria de este gran terreno; son cowboys que desde hace 76 años reciben visitantes para mostrarles, al menos en parte, la experiencia vaquera.
El rancho abre todo el año: en verano, cuando el paisaje es de pastos verdes y montañas rojas (en todo Colorado tienen un tono cobrizo) reciben bodas y eventos sociales, y también dan paseos a caballo. En invierno la actividad más emocionante es el snowmobiling, una suerte de moto para la nieve.
Ahora es la mejor oportunidad para probar este vertiginoso paseo, en un soberbio escenario de nevados aspens (árbol de tronco esbelto y hasta 30 metros de altura que da nombre a la ciudad).
En los vestidores los visitantes se equipan con casco y botas. A quienes no se sienten suficientemente cómodos para el frío se les provee, además, un mameluco. Mientras tanto Ryan, uno de los guías, da las indicaciones, cómo acelerar, frenar y tomar las curvas.
Ryan toma la primera posición y los demás deben seguirlo con cierta distancia y en fila india, ya que si un snowmobile sale del sendero podría hundirse en la nieve, que estos días tiene más de metro y medio de profundidad. Después de unas vueltas de práctica en un terreno abierto, todos los motorizados se internan a la montaña.
Luego de hora y media de subida viajando hasta a más de 60 kilómetros por hora viene la recompensa. Los snowmobiles se apagan y unas escaleras de madera guían a los visitantes a una cabaña que los espera con papitas, galletas, chocolate caliente y té; afuera de la cabaña, Ryan ya asa con leña hamburguesas orgánicas de reses que crecieron en este rancho.
Término medio recomienda Ryan, para así exacerbar el sabor granjero de esta carne; desde luego, todos aceptan la recomendación. En la cabaña una caldera entibia el ambiente que de por sí es festivo. Incluso unas aves azules se unen al festín; se acercan a comer unas papas que el guía les ofreció.
Vértigo en la montaña
No todas las ciudades estadounidenses han sufrido las nevadas y los fríos históricos de las últimas semanas; algunas, como Aspen, más bien lo han goza