No hay nada más patético y vergonzoso que una dictadura intente silenciar una canción. Como en Cuba. Desde que salió la canción “Patria y Vida” a principios del 2021, el régimen de la Habana ha tratado de censurarla. Pero una cosa es prohibir que salga en la radio y la televisión oficial, y otra muy distinta es tratar de erradicar un canto de lucha que tararean en su mente muchísimos cubanos. Eso no pueden hacerlo. Ni podrán.

Nada más tentador que lo prohibido. Basta que un gobierno diga que algo no se puede oír para buscarlo. Estas son algunas de las estrofas que han hecho temblar al régimen cubano:

 “No más mentiras / Mi pueblo pide libertad, no más doctrinas / Ya no gritemos patria o muerte sino patria y vida / Y empezar a construir lo que soñamos…

“Que no siga corriendo sangre / Por querer pensar diferente / ¿Quién les dijo que Cuba es de ustedes? / Si mi Cuba es de toda mi gente”.

La dictadura cubana no puede meter a una canción a la cárcel. Pero sí puede encarcelar a uno de sus coautores, Maykel Castillo, mejor conocido como “El Osorbo”. “El 18 de mayo (del 2021) agentes de seguridad se presentaron en su domicilio y lo detuvieron. Está detenido en la prisión provincial de Pinar del Río por cargos de ‘atentado’, ‘resistencia’, ‘evasión de detenidos’ y ‘desórdenes públicos'”, según denunció Amnistía Internacional.

Y todo por cantar una canción. May-kel fue enjuiciado y sentenciado a nueve años de cárcel, según informó la Fiscalía General de la República de Cuba.

Cantar en Cuba es peligroso. Y poner algo en tus redes sociales que no le guste a la dictadura también te puede llevar a la cárcel. El artista visual Luis Manuel Otero también fue sentenciado -a cinco años de prisión- por utilizar la bandera nacional como prenda en un acto artístico en sus redes sociales, según reportó el diario español ABC.

La represión en Cuba se ha incrementado desde las protestas prodemocracia del 11 de julio del 2021. Así lo reportó Amnistía Internacional: “Tras las protestas pacíficas celebradas en toda la nación, las autoridades cubanas, con el presidente Díaz-Canel a la cabeza, han intensificado una política de represión, aplicada durante décadas, que criminaliza la protesta pacífica y encarcela y maltrata a personas cubanas de toda condición solo por expresar sus opiniones”.

Unas 700 personas siguen detenidas tras las protestas del 11 de julio del 2021, según la organización Cubalex. Imposible confirmar de manera independiente cuántos son. Pero lo que sí sabemos es que Maykel está encarcelado y que su hija de siete años de edad, Jade de la Caridad, está pidiendo públicamente su liberación. Ella apareció en un video que hizo público (en la Cumbre de las Américas en Los Ángeles) el cantante Yotuel, otro de los coautores de “Patria y Vida”.

“Señores de la Cumbre, jefes de Estado, aunque no los conozca desde Cuba, quiero hablarles sobre mi papá”, se escucha a Jade de la Caridad, mientras ve directamente a la cámara del celular. “Está preso solamente por cantar una canción y no ha hecho nada. Por favor, ¿me pueden ayudar a liberarlo? Lo quiero mucho y lo extraño”. ¿Cómo puede vivir tranquilamente una niña de siete años en Cuba luego de saber que a su papá lo arrestaron solo por cantar una canción?

“No sabemos cómo salir (de la dictadura) pero sabemos cómo funcionan”, me dijo Yotuel en una entrevista. “Ahora te pueden condenar a muerte por decir a Cuba ‘libre’; te pueden echar 30 años por salir a manifestarte libremente; te pueden echar 15, 20 o 30 años por recibir una recarga de teléfono mía o de alguien que diga que usted recibió carta de un disidente. Eso es un atentado a la patria y eso es sedición. Hacen lo que les da la gana”.

Algo se rompió ya en la isla.

Miguel Díaz-Canel y sus compinches deben tener muchísimo miedo, tanto que una canción los pone a temblar. Se saben vulnerables y temen que se acerque el momento del cambio. Por eso tanta represión. Deben estar aterrados de ver las imágenes en Sri Lanka donde miles de ciudadanos tomaron el palacio presidencial, obligaron a huir al Presidente y se metieron en su cuarto, su gimnasio y su piscina.

Claro, Cuba no es Sri Lanka y no sabemos lo que va a pasar en la isla. Pero la inconformidad con el régimen crece y, al menos, ya sabemos cómo sonaría la canción de la victoria y la libertad.

@jorgeramosnews

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