No gusta para nada, no procede, que pretextando prisas y la muy gastada “seguridad nacional”, el Gobierno estatal en complicidad con el federal se brinquen las trancas NORMATIVAS para construir el Acueducto El Cuchillo 2, solución planteada a las carencias de agua de Nuevo León.
Tampoco es correcto que sean la Sedena y la Conagua las “encargadas” de construir esta obra, cuyo costo inicial se estima en más de 15 mil millones de pesos. Dicen que tardará entre ocho meses y un año, pero lo más probable es que demore mucho más y cueste más de lo estimado.
Es por eso que se deben seguir los lineamientos de toda obra con recursos públicos: la inversión debe ser TRANSPARENTE y la adjudicación mediante LICITACIÓN, esto es, CONCURSO público. Si se prosigue como se está planteando, la Sedena y Conagua SUBCONTRATARÁN a las “grandes” constructoras favoritas del sexenio que ya andan en el Tren Maya y otros caprichos presidenciales. Es decir, los “beneficios” no apoyarán la economía regional, pues las favoritas llevarán a sus proveedores y su propia fuerza de trabajo.
Quizá algo pueda sub-subcontratarse con empresas locales, pero la gran tajada se la llevarán “las de fuera”. No habrá en el GASTO público RENDICIÓN de cuentas, ni supervisión ciudadana, lo cual abre la puerta de la corrupción. Esto ENCARECERÁ aún más el proyecto y lo demorará, de manera que lo que se “ahorra” de tiempo, yéndose por adjudicación directa, implicará DEMORAS por la ineficiencia de empresas que están ahí para “engordar” y no para hacer el mejor trabajo posible, al menor costo, en el menor tiempo.
Sin la participación de todos los actores posibles en la realización de la obra, se elimina la competencia y que el MÁS APTO reciba la responsabilidad, la cual darán al mejor conectado a nivel FEDERAL.
Con todo este menjurje que el Gobierno de Samuel García está permitiendo, se acarrea otro MAL para Nuevo León. El Gobierno federal tomará el CONTROL del agua de ese Estado, marginando de las decisiones sobre su uso y dominio a los representantes locales, a los nuevoleoneses, ya que la Sedena y la Conagua dictarán sus condiciones y controlarán la llave de paso que determinará el FLUJO de 10 mil litros por segundo que supuestamente El Cuchillo 2 aportará a la red de agua de la zona metropolitana de Monterrey.
Sin duda perderán INDEPENDENCIA, pues cederán -a pretexto de esta “emergencia”- LIBERTAD de ACCIÓN y DECISIÓN. Pensemos en lo que significa para la libertad política de los gobernantes de Nuevo León el que el agua quede en manos federales. Si, por ejemplo, hay un desacuerdo entre el Gobierno federal y el estatal, cierran la llave y con ello la BOCA de los gobernantes locales, sean o no del mismo partido.
La supuesta INDEPENDENCIA del Gobierno local quedará SUBORDINADA a los CAPRICHOS del Presidente. De aquí al 2024 al presidente López, y del 24 en adelante a quien López designe, Sheinbaum, Adán Augusto o Ebrard. Si piensan que exageramos, entonces no están al tanto de la historia de Nuevo León.
A principios de los 70 hubo una DISPUTA tremenda entre el Gobierno estatal, que presidía don Eduardo A. Elizondo, y el entonces presidente Echeverría. Nuevo León vivía una efervescencia universitaria muy peligrosa, se movía en la UANL un grupo extremista llamado “Espartacos”, del cual luego surgió un ala más radical que se fueron de guerrilleros (Liga 23 de Septiembre). El Gobernador quería nombrar a un Rector que pacificara la Universidad, y el Presidente, a alguien de su confianza de corte izquierdista, lo cual hubiera agitado más a la Universidad.
Hubo golpeteos políticos, presiones y Elizondo, quien era un extraordinario servidor público (antes fue Rector de la UANL y Tesorero del Estado), RENUNCIÓ, desatando una época de MALAS RELACIONES entre Nuevo León y el Gobierno federal.
Sólo quienes no conocen la HISTORIA local (el Gobernador sacaniños, entre otros) menosprecian los alcances nefastos de los hechos recientes que amenazan la independencia republicana de Nuevo León como Estado soberano.